La mayoría de las personas ganamos el salario mínimo y nos alcanza apenas para cubrir las necesidades básicas. Lamentablemente, a otros no y a muy pocos les sobra para pasear el domingo. Abundan las críticas al gobierno actual, mas lo cierto es que venimos mal desde hace tiempo.
La situación se asemeja a una gran bola de nieve que causa el crecimiento de la brecha social, porque aquí pocos ganan más de lo necesario para vivir y muchos ganan poco o están desempleados. Por ello una buena cantidad de personas no tiene acceso a la educación o a la salud, y con la pobreza empiezan problemas como la delincuencia y el tener que acudir a trabajados informales para sostener a la familia.
Entre las propuestas para mitigar la situación, está el aumento del salario mínimo de ¢250.000 a ¢335.000 mensuales, en un lapso de cinco años, es decir, un incremento del 34,5%.
Según José Francisco Camacho, diputado del Frente Amplio, “el salario mínimo está desactualizado con respecto al costo de vida”.
Albino Vargas, secretario general de ANEP, sostiene que Costa Rica es uno de los países más caros para vivir en Latinoamérica. Además, afirma que con el aumento salarial se dará una reducción de la desigualdad entre niveles económicos, se reactivara la economía y aumentará el poder adquisitivo de los trabajadores. Vargas concluye que mejores salarios son inversión en paz social.
Pero Víctor Morales, ministro de trabajo, dice que al hablar de este asunto hay que hacerlo con responsabilidad, pues existe una relación entre el aumento salarial y los costos de producción.
El nivel de desempleo se incrementaría, dice, porque los empleadores no tendrán capacidad de pago.
Natalia Díaz, diputada del Movimiento Libertario, opina que habrá más desempleo para los trabajadores menos capacitados, pues se encarece el presupuesto del empleador.
Ronald Jiménez, presidente de la Uccaep, cree que este proyecto es un empujón a la informalidad. Y el desempleo y la informalidad generarán un aumento en la pobreza, porque unas pocas personas gozarían del mayor poder adquisitivo, y la mayoría se ubicarían en el grupo menos privilegiado.
Es una realidad que si se incrementan los salarios aumentarán los costos de producción de las empresas. Este valor será trasladado al consumidor, por lo cual, aunque los trabajadores ganen más gastarán más, el costo de vida será más alto por lo que la situación seguirá igual.
Por otro lado, ¿cuánto serán ¢335.000 en cinco años?
En conclusión, Costa Rica necesita una mejor distribución y un mejor uso de los ingresos del Estado. Para generar crecimiento, necesita combatir la corrupción, además de actualizar el salario mínimo con respecto al costo de vida actual.
Antes de aprobar un aumento salarial deberían encargarse estudios previos, donde se tome en cuenta el aumento de los costos de producción y si realmente esto generará más desempleo o no.
La autora es estudiante de Contabilidad en la Universidad Técnica Nacional.