Costa Rica y Estados Unidos disfrutan de una duradera relación, construida sobre la base de nuestros valores compartidos y enriquecida por el mutuo respeto de nuestras culturas. Las evidencias de esta dinámica relación son muchas, desde la relación con la Universidad EARTH e INCAE, hasta nuestro reciente canje de deuda por naturaleza entre Estados Unidos y Costa Rica, por un monto de $26 millones, que se canalizarán hacia proyectos de conservación en Costa Rica a lo largo de los próximos 15 años.
En las últimas semanas, esta relación y, en particular, los motivos estadounidenses han sido cuestionados por un voto rutinario realizado por la Asamblea Legislativa, con el que se aprobó una lista detallada de barcos de Estados Unidos que podrían atracar en puertos costarricenses para reabastecerse de combustible y alimentos, en el segundo semestre de este año.
La cantidad real de barcos estadounidenses que atracan en Costa Rica es de menos de 20 por año y el personal de la tripulación que baja de los navíos lo hacen como turistas, en vacaciones, o como participantes en misiones humanitarias.
Patrullajes antinarcóticos. A principios de agosto, el primero de estos barcos aprobados por la Asamblea Legislativa y que realiza patrullajes antinarcóticos, atracó en Golfito. Este buque, con 188 tripulantes a bordo, llegó al puerto, adquirió combustible y suministros. Luego partió sin novedad, tal y como lo han hecho nuestros barcos en los últimos años. El 20 de agosto el buque USS IWO JIMA llega a Limón para realizar una misión de servicios humanitarios, como parte del Programa Promesa Continua.
Trabajando de la mano con hospitales y clínicas costarricenses, el navío realizará 300 cirugías y atenderá a 1.250 pacientes en clínicas médicas y dentales. También renovará dos escuelas y efectuará un programa de intercambio de respuesta en caso de desastres con la Cruz Roja, la Comisión Nacional de Emergencias y la Fuerza Pública. Los pobladores de Limón esperan con mucho entusiasmo esta visita.
De hecho, los limonenses y habitantes de Golfito aguardan la llegada de cada barco estadounidense pues saben mejor que cualquiera los beneficios que estas visitas llevan a sus comunidades y su país. Esta es la realidad del compromiso de Estados Unidos en Costa Rica, una panorama bastante distante de la “militarización” que algunas personas han tratado de dibujar.
La amenaza real. Tal y como lo expresó el zar antidroga, Sr. Mauricio Boraschi, en un reciente artículo de opinión, la presidenta Chinchilla y sus ministros reconocen que la amenaza real para Costa Rica no es Estados Unidos brindando asistencia en seguridad a Costa Rica, sino la amenaza del creciente flagelo del narcotráfico y el comercio ilícito, que continúa en crecimiento en toda Centroamérica.
En los últimos 18 meses, organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en Colombia y México no solo han incrementado los envíos de sus drogas, armas y dinero producto de la droga por los caminos y aguas litorales centroamericanas, sino que han desarrollado bases de comando y control para dirigir sus empresas ilegales aquí en Costa Rica.
La acertada valoración de la presidenta Chinchilla sobre la situación del tráfico ilícito, su acercamiento a socios estadounidenses y europeos, y su liderazgo en la región centroamericana para tener una respuesta regional son iniciativas de esta nueva administración.
Estados Unidos se siente orgulloso de asociarse con Costa Rica y con la Administración Chinchilla en su búsqueda de estrategias colaboradoras para enfrentar las verdaderas amenazas para la seguridad de los ticos y recibe los beneficios de la misión humanitaria Promesa Continua.
Y para aquellos que aún están escépticos sobre los motivos de Estados Unidos y todavía esperan ver la alegada invasión, los invito a que nos acompañen a Limón, entre el 20 y el 30 de agosto, y vean la “invasión” de trabajadores humanitarios que se asociarán con los costarricenses para llevar ayuda y desarrollo a los ticos en la provincia de Limón.