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Preciosas mercancías

Ogawa no hace otra cosa que verificar la potencia de una orfandad que rechaza el vacío

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Una joven es contratada como secretaria de un laboratorio de especímenes. Ella laboraba en una fábrica de gaseosas, donde perdió un día su anular izquierdo, experiencia que la lleva a repudiar las gaseosas: si apenas probara una, está convencida, sentiría que un pedazo de carne viva flota en su lengua.








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