El Partido Acción Ciudadana (PAC) nació para abrir espacios reales de participación y protagonismo a los ciudadanos y ciudadanas que buscaban un cambio positivo en la política costarricense.
Por eso se recuerda con orgullo aquel eslogan que nos caracterizó en la primera campaña política: “Somos el pueblo que decidió cambiar”.
Por eso, la lógica de la gente que ha apoyado al PAC es diferente al militante histórico de los partidos tradicionales, son personas que no tienen la camiseta pegada a la piel. Participan cuando se sienten representados en la propuesta y cuando sienten que existen espacios de participación donde su voz valga, sino se mantienen al margen, mirando a lo lejos con una posición crítica.
Hace cuatro años el PAC realizó su primera convención para la elección de una candidatura presidencial. Pese a que algunas personas levantamos la voz para que se realizara una convención abierta la mayoría optó por cerrarla. Fue una convención tímida, con padrón cerrado, pensando que el verdadero PAC es de los militantes y las militantes. No se quiso asumir riesgos, porque no se sabía cómo reaccionaría la ciudadanía; algunos se imaginaron fantasmas y aseguraban que militantes de otros partidos llegarían por miles a tergiversar los resultados, cosa imposible en estos tiempos.
Sin embargo, esa experiencia nos sirvió para que muy mayoritariamente el Congreso Ciudadano del Partido en el 2011 aprobara que en adelante las convenciones de elección de candidatura en el PAC debieran de estar abiertas.
Mi tesis es que un partido moderno que se basa en la acción ciudadana debe estar abierto para toda aquella persona que quiera participar. Este no es un partido de “delegados y delegadas”; este no es un partido de cúpulas que interpreten el sentir de la gente. Este es el partido de ciudadanos y ciudadanas: “de la gente decidida a participar”.
Debemos recuperar el PAC como una opción real para la ciudadanía. Un PAC que gobierne por y para la gente. Que obligue a quienes aspiran a dar la cara al país para asumir los compromisos que estos tiempos exigen, en donde la desconfianza y la apatía con la política son cada vez mayores. Un partido en que sus aspirantes a la presidencia no se conformen con participar y controlar el partido, sino que aspiren a gobernar, para cambiar las cosas que desde hace mucho tiempo están muy mal.
Por eso promuevo nuevamente una convención ciudadana abierta en el PAC. Y me aparto absolutamente de los argumentos de conveniencia y miedo que se han construido para resolver una candidatura “en familia”, “entre amigos”, “entre quienes son realmente PAC”. La gente PAC está en todos los lugares y debemos conquistar a mucha más gente para que se sume al PAC.
Podemos constituir una nueva mayoría ganadora, pero el camino que tenemos que recorrer no es fácil, y será más difícil si nos empeñamos en cerrar la convención con el pretexto de disimular nuestras debilidades en lugar de enfrentarlas con acciones. Tenemos que ser capaces de aprender de nuestros propios errores y fortalecer las banderas fundacionales como la acción y participación ciudadana.