El abandono en primaria y secundaria es tratado con frecuencia y motiva acciones por parte del Ministerio de Educación Pública, del Colegio de Profesionales en Orientación y otras instituciones. Pero hay otro grupo que también se enfrenta a esta encrucijada: los universitarios.
El abandono en las universidades es una problema real y se asocia a múltiples causas, las cuales deben ser determinadas mediante estudios dirigidos a identificar aquellos factores que inciden directamente en que el estudiantado abandone o retrase sus estudios, a fin de contribuir a abordarlo.
Las causas se pueden agrupar en: condiciones socioeconómicas del estudiante y el grupo familiar, aspectos de orden personal y aspectos académicos y vocacionales.
Los económicos se relacionan con la dificultad para enfrentar los gastos que implica el ingreso a la universidad o su permanencia, la falta de apoyo mediante una beca, el tener deudas o la necesidad de trabajar para cubrir gastos. El trabajo puede terminar siendo prioritario.
En el caso de los motivos de orden personal se encuentran la falta de compromiso real con un proyecto académico que le motive para asumir las responsabilidades que implican una carrera universitaria o el tener una familia (hijos), entre otras razones.
Como causas académicas están principalmente debilidades en la base de la secundaria, que afecta el rendimiento académico en cursos iniciales, dificultad para asumir un rol universitario que exige más o el exceso de matrícula de cursos, entre otros.
En cuanto a los aspectos vocacionales, puede darse el caso de que aún no se cuente con una elección definitiva o que se hizo una escogencia poco analizada y fundamentada o que, al tener los primeros contactos con la formación en la carrera, nacen dudas.
Elección errada. Llegar a la universidad y darse cuenta de que la carrera que se eligió no es lo que realmente quiere o puede estudiar, es una situación más común de lo que se piensa. Mucha gente, después de los primeros meses, descubre que la carrera a la que entró no era lo suyo y a veces pierde el gusto por estudiar y termina reprobando algún curso, y cambia de carrera o abandona la U.
La elección vocacional es un proceso dinámico que permite a la persona plantearse cuestionamientos y redireccionar sus decisiones. De ahí la importancia de que las universidades cuenten con profesionales en orientación, especialistas en la asesoría de la toma de decisiones vocacionales para que los acompañen y apoyen en este proceso.
Las universidades estatales cuentan con estos profesionales, pero lamentablemente son muy pocas las privadas que ofrecen este servicio a sus estudiantes, de ahí que no reciben ese acompañamiento en una decisión trascendental para sus vidas y para la sociedad costarricense.
Contribuir para que los jóvenes logren insertarse en la sociedad, mediante sus estudios y posterior ingreso al mundo del trabajo es una responsabilidad que debe ser asumida por todos, incluidas las universidades.
Decidir continuar o no cursando una carrera, o abandonar los estudios, debe ser producto de un proceso de reflexión y aprendizaje. E independientemente de lo que la persona decida, debe procurarse la búsqueda de la realización personal.
La autora es vocera del Colegio de Profesionales en Orientación.