Mi pluma, que es lo que uso como medio de expresión, ya no necesita que le afinen, escribe por sí sola y se siente profundamente defraudada con las publicaciones del 30 de setiembre último, en las que se cuestiona la autoría del informe rendido ante la comisión legislativa que investiga la crisis de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Tengo once años de trabajar para la Seguridad Social, la defiendo y confío en ella porque en un lapso de 70 años de historia se ha convertido en una institución garante de la paz social que goza Costa Rica y en una de las entidades que más ha hecho aportes a la calidad de la vida de nuestra población.
Les aseguro que no ha habido un solo día en que mi trabajo se haya marchitado en un escritorio, pues me debo como funcionaria pública. Por esa razón no tolero el insulto que depositan sobre mí y sobre mis compañeros cuando se afirma que no fuimos los autores de un informe.
El documento sobre los resultados alcanzados en la Gerencia de Logística de la CCSS que rendimos ante la comisión legislativa revela los grandes aciertos que, desde el 2008, la Institución ha alcanzado con el propósito de producir avances sustantivos en la cadena de abastecimiento: ha generado ahorros millonarios y una considerable mejoras en la gestión.
No es cierto, como lo afirma la diputada Rita Chaves, del Partido Accesibilidad sin Exclusión (PASE), que el ingeniero Ubaldo Carrillo Cubillo, gerente de Logística, redactara el informe; en honor a la verdad, el documento en mención fue realizado por tres profesionales y los aportes de todo un equipo de trabajo convencidos de la labor que se ha venido haciendo y de sus resultados.
Como persona y profesional responsable puedo dar fe de que rubriqué ese documento por una sencilla razón: porque creo en lo que digo y sé que no he tenido ánimo de engaño con lo allí plasmado.
Me precio de no ser un monigote de las especulaciones que se terminan moldeando como verdades en una noticia, editorial u opinión.