No es no

Evo siguió poniendo oído a las sirenas que lo seducían llamándolo imprescindible

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El presidente Evo Morales no es de ninguna manera el malo de la película. Pese a su tendencia autoritaria, ha gobernado con buen suceso un país de tradición caótica, signado por golpes de Estado, dictaduras militares y repetidos periodos de inestabilidad, donde ningún presidente civil podía mantener firme el piso bajo sus pies en el Palacio Quemado.








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