El domingo 13 de enero, el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (Sinaes) publicó una lista de las carreras universitarias que se imparten en recintos públicos y privados, que cumplen con estándares internacionales de calidad.
Llama la atención que la mayor parte de las carreras acreditadas se imparten en las universidades públicas (Universidad de Costa Rica, Universidad Nacional, Instituto Tecnológico de Costa Rica y Universidad Estatal a Distancia) y son muy pocas las que se ofrecen en universidades privadas, pese a la gran cantidad de instituciones de educación privada que están registradas y que se anuncian por doquier.
Este tema es de gran importancia, toda vez que diversas organizaciones han cuestionado en diversos foros la calidad de los egresados de algunas carreras impartidas en entidades de educación superior, especialmente privadas.
Hace unos años fue el Poder Judicial que alzó la voz y denunció que un considerable porcentaje de profesionales reclutados no alcanzaron la nota mínima para laborar en ese Poder de la República.
Unos meses después, un amigo me contó que en la empresa que laboraba requerían contratar a profesionales en dos disciplinas diferentes; en aquella ocasión, el Departamento de Recursos Humanos se llevó la enorme sorpresa porque llegaron cientos de concursantes, pero una buena parte de ellos desconocía aspectos básicos de las dos profesiones requeridas, a pesar de que portaban títulos de licenciados.
Hace unos meses tuve la oportunidad de leer una tesis de un profesional con una serie de problemas metodológicos que lo indujeron a presentar resultados y recomendaciones erróneas que no estaban sustentados en el desarrollo de la tesis.
El problema, en este caso, no fue precisamente del estudiante, sino del director de tesis y de los lectores que aceptaron el planteamiento metodológico y lo condujeron a presentar resultados sin ningún respaldo científico.
Este tema debe ser un asunto de preocupación y análisis permanente por parte del Consejo Nacional de la Educación Superior Privada (Conesup), pues es la instancia que debe asegurar que todas las universidades, sin distinción, estén acreditadas y cuenten con una nómina de profesores de sobrada trayectoria académica y profesional que lo demuestren a través de publicaciones, libros, revistas, participación en conferencias, foros, y congresos.
Las universidades no pueden, ni deben contentarse con la contratación de docentes que apenas están saliendo de las aulas; tienen los recursos para pagar una nómina docente de muy alto nivel pues para ello sus alumnos pagan una formación de calidad.
La formación profesional no puede verse nada más como un negocio donde las ganancias crecen exponencialmente, sino que debe analizarse, fundamentalmente, la calidad de aquellas personas que egresan de las aulas universitarias.
Como lo dice el Sinaes en su publicación, “La calidad académica de una carrera marca la diferencia entre profesionales y, de acuerdo con la ley 8798, las instituciones estatales deben procurar la contratación de graduados de carreras acreditadas”.