La morbilidad es la proporción de personas que se enferman en un sitio y tiempo determinado. Las tasas de morbilidad más usadas son la prevalencia y la incidencia. La primera es la frecuencia de todos los casos (antiguos y nuevos) de una enfermedad patológica en un momento dado del tiempo. La segunda, la rapidez con la que ocurre una enfermedad o la frecuencia con que se agregan (desarrollan o descubren) nuevos casos durante un período específico y un área determinada.
La tasa de mortalidad es el indicador demográfico que señala el número de defunciones de una población por cada 1.000 habitantes, durante un período determinado (generalmente un año). Además, puede enfocarse a patologías específicas o a la tasa bruta de mortalidad, la cual incluye la totalidad de fallecimientos por diferentes causas.
La mortalidad por enfermedades crónicas predomina en Costa Rica. El primer lugar lo ocupan las enfermedades del sistema circulatorio, y el segundo, los tumores; en ambos casos se observa una leve tendencia ascendente. Las enfermedades cardiovasculares son las que presentan mayor mortalidad entre las enfermedades del sistema circulatorio, aunque en el año 2011 en estas se apreció un pequeño descenso.
Estas patologías presentan varios factores disparadores como la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el fumado, los que, están afectados por los estilos de vida poco saludables de la población. La incidencia o morbilidad en tumores malignos en hombres son próstata, piel, estómago, pulmón, colon y sistema hemático, en su orden; en las mujeres, los tumores malignos más frecuentes son en piel, mama, cérvix, estómago, tiroides y colon.
La tercera causa de muerte son las externas (accidentes de tránsito, homicidios); la cuarta, las enfermedades del sistema respiratorio, y la quinta, las patologías del sistema digestivo. Las diez enfermedades infecciosas de mayor incidencia son diarreas, influenza, dengue, gonorrea, hepatitis, tuberculosis, paludismo, sida, intoxicaciones por alimentos y otros.
En el contexto mundial, utilizando la tasa bruta de mortalidad, Costa Rica tenía registrado, en el 2011, 4,38 muertes/1000 habitantes, la cual se ha mantenido, durante el período 2001 al 2011, oscilando entre 4,3 a 4,38. Esta tasa ubica a nuestro país en la nación con menos muertes por año en las Américas y entre las 22 con menores fallecimientos anuales entre 223 países del mundo. Estos datos, aunados a la alta esperanza de vida al nacer (79,3 años), indican que muchas cosas hemos hecho bien en el sector salud, sobretodo en seguridad social, la equidad en el acceso a la salud y las coberturas del agua potable y saneamiento. Lógicamente, aún falta mucho por hacer; los mayores retos y desafíos son sostener y mejorar los logros alcanzados. Hay que luchar contra los estilos de vida importados, con el fin de evitar epidemias de obesidad; luchar contra el fumado y educar a la población con el propósito de disminuir los accidentes de tránsito; además, preocuparnos por atender a los ciudadanos de la tercera y cuarta edad porque en salud pública lo importante es vivir mucho, con dignidad y calidad de vida.