Recientemente, se publicó un artículo titulado “La agricultura demanda seriedad” (La Nación, Foro, 12/12/2012) respecto del cual deseo aclarar algunos puntos. En el artículo de marras, se acusa de mentirosos, dogmáticos e ideológicos a quienes se oponen a la biotecnología. Sobre esto se debe aclarar que quienes nos oponemos al cultivo de maíz transgénico en Costa Rica, no nos oponemos a la biotecnología, sino que estamos defendiendo el maíz de Costa Rica.
La biotecnología es una ciencia muy beneficiosa. Mezclar los términos “biotecnología” y “cultivo de transgénicos” supone un intento por confundir a la gente.
El artículo menciona que el sector opuesto a los transgénicos solo presenta dos argumentos de fondo. Esto es falso. Existe mucha evidencia para oponerse a los transgénicos en Costa Rica. Los invito a leer el documento Treinta razones contra los transgénicos en Costa Rica , de Jaime García: http://www.ambientico.una.ac.cr/132.pdf
Según el citado artículo, ofrecemos “verdades a medias” al referirnos al estudio francés de las ratas con cáncer. Respecto al estudio del Dr. Seralini, argumentamos que “existen dudas razonables sobre la seguridad de esos cultivos”. No se expone como una verdad concluyente este estudio. En la siguiente dirección se pueden leer más de 40 artículos científicos que refuerzan la tesis de que los transgénicos son un riesgo para la salud: http://www.somloquesembrem.org/index.php?id>33 & hover>14
La polinización no solo sucede por efecto del viento, también influyen los insectos, y en muchos casos las mismas personas trasladan las variedades transgénicas a sus comunidades, como quedó evidenciado en un estudio que demuestra este y otros efectos colaterales de la tecnología de transgénicos en el país: La contaminación oculta, de Ute Sprenger: http://www.simas.org.ni/publicacion/cidoc/4678/la-contaminaci-n-oculta-semilla-transg-nica-bioseguridad-e-intervenciones-de-la-sociedad-civil-en-costa-rica
Por otra parte, el artículo del representante de CropLife Latin America cuestiona la veracidad de la contaminación genética. Según las multinacionales, se trata de un mito. Invito a lectores y lectoras a consultar esta información que ilustra detalladamente cómo las variedades de maíz criollo han sido afectadas por los transgénicos y cómo esto supone un riesgo para la seguridad alimentaria: http://www.rallt.org/PUBLICACIONES/maiz%20nativo%20AL.pdf.pdf
Les recuerdo a los lectores que, a pesar de lo que las multinacionales nos quieran hacer creer, estos estudios sí son serios, a diferencia de los realizados por las mismas compañías multinacionales para validar sus tecnologías, que rara vez superan los 3 o 4 meses de análisis.
El artículo argumenta que no existen conflictos entre las empresas productoras de semillas transgénicas y agricultores. Aquí les dejo una noticia que menciona cómo 5 millones de agricultores tuvieron que demandar a Monsanto por cobros indebidos de derechos de propiedad intelectual sobre las semillas. Cabe resaltar que no es el único caso y que se sepa que los agricultores ganaron la demanda: http://semillasdeidentidad.blogspot.com/2012/06/agricultores-de-brasil-ganan-demanda.html
En otra noticia, se menciona cómo 300.000 agricultores de EE. UU. mantienen un conflicto con Monsanto por el mismo concepto: http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2012/07/07/los-agricultores-estadounidenses-continuan-su-lucha-contra-monsanto
Deseo que la gente conozca de dónde viene el artículo en cuestión. El autor es empleado de Crop Life, Organización internacional representante de 10 multinacionales entre ellas Monsanto: http://www.croplifela.org/index.php?option>com_ content & view>article & id>5 & Itemid>11 & lang>es
Por supuesto que está a favor de los transgénicos y que, según él, los que se opongan serán “ideológicos” y “dogmáticos”, a pesar que la oposición viene de sectores académicos y sociales diversos. Se han entregado 58 comunicados a la CNTBio en las que destacan: el Consejo Institucional del TEC, Consejo Universitario de la Universidad Nacional, el decano de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias, las escuelas de Biología, de Nutrición, de Antropología y diversos programas institucionales de la UCR, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Costa Rica, la Defensoría de los Habitantes, el IDR, unas veinte organizaciones de agricultores orgánicos, indígenas y apicultores, municipalidades, ecologistas, estudiantes y diputados.
No creo que todos se basen en criterios dogmáticos e ideológicos para emitir sus opiniones. Tampoco creo que hayan caído en una “trampa”, como menciona el representante de las multinacionales en su artículo. Al contrario, considero que tienen los ojos muy abiertos y tienen suficiente respaldo científico, en sus diversas áreas de conocimiento, para poder tomar la determinación de manifestarse públicamente.
Creo que quienes nos quieren manipular con verdades a medias, con el poder del dinero, son las empresas multinacionales que desean cultivar transgénicos en Costa Rica, como Monsanto, la cual, en un documental ampliamente difundido, queda desnudada como la empresa que es. Se llama El Mundo según Monsanto y está disponible en YouTube.
Expuesto lo anterior, los invito a informarse. La soberanía alimentaria no se mide en términos de producción; es un concepto más amplio, e incluye cultura, ambiente, educación y salud.