Estimada lectora, estimado lector, estoy seguro de que –antes de dormir y al despertar– te preguntas, igual que yo, cuál es el sentido de tu vida, qué haces en este mundo y, si de verdad tuvieras el poder de hacer tu propio camino al andar, según el poeta Antonio Machado, cómo sería y adónde te llevaría.
Voy a ordenar o clasificar las posibilidades correspondientes en estas categorías: el aprovechamiento o explotación de otros, el adaptarse a las condiciones que se nos imponen, y hacer del mundo un lugar mejor.
Sin duda alguna, hay muchas otras consideraciones, pero, para comenzar, te invito a discutir solo estas tres.
La primera es la respuesta del homo sapiens , la especie consciente de sí misma. Otros son animales que nacen, se reproducen y mueren, pero no se hacen preguntas sobre sí mismos, ni acerca de la vida y la muerte. Su mundo es un lugar de objetos que les sirve para aprovechar o usar, para simplemente para seguir viviendo.
La segunda está formada por quienes actúan y reaccionan ante sus semejantes para evitar su hostilidad y obtener su colaboración en la búsqueda de sus propios objetivos. Su vida no tiene más sentido que subsistir, lograr sus objetivos individuales y entenderse con otros individuos, a fin de obtener su apoyo o condescendencia en lo que hagamos.
La tercera categoría es la del ser humano que reconoce las virtudes y defectos de todos y se esfuerza por cultivar las primeras y corregir los segundos. Sabe que la sociedad es un lugar de todos, cuyo pasado, presente y futuro son construidos por la colaboración entre todos.
Note que las categorías reflejan un comportamiento acumulativo de los humanos: la tercera categoría envuelve el de la segunda, y el de la segunda abarca el primero, pero incluye algo más: las características de la primera categoría están en la segunda, y las de esta se encuentran en la tercera.
En otras palabras, la segunda es más que la primera y la tercera es más que la segunda. ¿Juego de palabras? ¿Escalera o red muy complicada?
No tanto. Significa que mi humanidad es primera y esencial, pero no tengo interés en ser mero homo sapiens .
Tampoco me satisface solo quedar bien con otros para que me ayuden a lograr mis objetivos, cualesquiera que sean estos.
Quiero convivir con otros, quiero colaborar con mis semejantes para hacer de este mundo –nuestro espacio y tiempo– un lugar mejor para todos.