Camilo Rodríguez ha logrado publicar la cuarta edición del libro biográfico sobre Jorge Manuel Dengo. Es, en realidad, una entrevista en la que Camilo pregunta y Dengo contesta. De ahí obtenemos la historia de uno de los hombres más importantes de Costa Rica en los siglos XX y XXI.
Jorge Manuel nació en Heredia y su educación primaria la recibió en la Escuela República Argentina, donde se distinguió desde un principio como el mejor estudiante.
Luego hizo su bachillerato y, según cuenta él, le dieron una beca para estudiar ingeniería por ser hijo de Omar Dengo, el hombre que, junto a su esposa, Teresa Obregón, educaron a cientos de maestros en la Escuela Normal de Heredia para que fueran a enseñar a leer y escribir a los niños de todo el país.
El joven Jorge Manuel era novio de Maruja Benavides, una muchacha inteligente, bonita y muy agradable. Cuando él se fue a estudiar ingeniería, le propuso matrimonio para dentro de seis años y ella aceptó y lo esperó. En ese tiempo, una carta de aquí hacia los Estados Unidor duraba 15 o 20 días por correo marítimo, y, con esa velocidad, mantuvieron su noviazgo por seis años.
Cuando Jorge Manuel volvió, se casaron y fueron muy felices en medio de sus hijos, que crecían y estudiaban.
En Heredia, los administradores de la planta eléctrica se habían visto obligados a bajar el voltaje para poder darle a la ciudad algo de iluminación. El ineficiente servicio se debía al exceso de la demanda. Los faroles de las calles parecían unas candelitas y, para oír la radio, era necesario comprar un alzador de voltaje. Esas eran las condiciones del servicio eléctrico de Heredia cuando Jorge Manuel regresó a su ciudad natal.
Anteproyecto. Lo primero que hizo fue un anteproyecto para construir una planta de 2.000 kilovatios y ofrecérsela a la Municipalidad de Heredia. La planta que existía era diez veces más pequeña que la propuesta.
La Municipalidad acordó, entonces, hacer un plebiscito en el salón de la Escuela República Argentina para oír el parecer de los vecinos. Allí se oyó de todo; algunos dijeron que era muy cara, que no había plata y que era preferible algo más modesto y más barato. Un distinguido abogado y exministro le dijo a Jorge Manuel: “Denguito, es mejor que usted se olvide de eso, aquí las plantas eléctricas solo hablan inglés. (En ese tiempo, la Bond and Share, compañía norteamericana, era la que alumbraba San José y sus alrededores).
También hubo unas pocas opiniones favorables: el industrial Rafael Sequeira, quien tenía un aserradero, dijo que eso era lo que hacía falta en Heredia para su desarrollo. José Gamboa, propietario de la única fábrica de fósforos que había en el país, propuso que le pusieran un impuesto a los fósforos para financiar la obra.
Finalmente, la Municipalidad acordó asumir los riesgos y dar comienzo a las obras bajo la dirección del ingeniero Dengo, quien a la vez pidió el nombramiento de los ingenieros Federico Baltodano y Óscar Cadet, con el fin de acelerar las obras.
La planta se terminó a finales de la década de los cuarenta, y entonces Heredia se volvió a ver iluminada.
Fundación del ICE. En 1949, el país estaba gobernado por la Junta Fundadora de la Segunda República, que dirigía José Figueres. Dengo aprovecha la oportunidad para sugerirle a Don Pepe la creación de un instituto eléctrico nacional. Don Pepe acoge la idea y funda el ICE para que asuma y resuelva todos los problemas eléctricos del país.
Su primer gerente fue Jorge Manuel Dengo (1949-1960), quien empezó por pedir la nacionalización de las plantas de la Bond and Share, la empresa que suministraba los servicios eléctricos de San José. Después empezó la planificación de grandes proyectos para atender la gran demanda que existía.
En 1986, el candidato presidencial es Óscar Arias Sánchez, quien le pide a Jorge Manuel que lo acompañe y le acepte la primera vicepresidencia en la papeleta electoral. El ingeniero le ofrece pensarlo y, después de un par de días, le dijo que sí. La papeleta triunfó y Dengo fue factor esencial en las más importantes obras que esa Administración realizó.
Eficiente y honesto. Jorge Manuel Dengo fue un funcionario tan eficiente y honesto en todo lo que hizo, que al Gobierno no le quedó más remedio que declararlo benemérito de la patria. Jorge Manuel Dengo falleció en enero del año 2012.
Gracias, Jorge Manuel, por todo lo que nos dejaste, y que Tatica Dios te tenga en el cielo.