La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) terminó, esta semana, su programa de estímulos monetarios. Aunque la noticia ya se esperaba, sorprendió el optimismo mostrado por la FED en su declaración sobre el comportamiento de la economía norteamericana. Llama la atención también que, casi simultáneamente, el Banco de Japón anunciara nuevos estímulos para su economía. Estos acontecimientos se traducen en buenas y malas noticias para Costa Rica.
Desde que se inició la crisis económica, la FED ha venido inyectando grandes cantidades de liquidez. Debido a esta política, las tasas de interés se han mantenido en un nivel muy bajo durante los últimos años. El objetivo era estimular el gasto y la inversión, y, con ello, darle un impulso a la producción.
La FED, en su declaración de esta semana, señala que los indicadores económicos de Estados Unidos son muy positivos. La producción está creciendo bien y el desempleo viene bajando. El sector inmobiliario se recupera, aunque lentamente. Todas estas son buenas noticias para Costa Rica. Si a Estados Unidos le va bien, nosotros nos beneficiamos.
Sin embargo, la FED también manifiesta que, si bien la inflación está dentro del rango meta, las probabilidades de que empiece a subir son ahora más altas. Y esto es muy importante para la FED. Mientras el chorreo de dólares a la economía no se tradujera en más inflación, la FED no tenía temor de mantener las tasas de interés bajas para estimular la producción. Pero, ahora que la recuperación de la economía se ha consolidado, y que existe una mayor posibilidad de que los precios suban más rápido, la atención vuelve sobre la inflación.
Conforme la amenaza de inflación se vaya materializando, las tasas de interés empezarán a subir en Estados Unidos. Esa es la mala noticia para Costa Rica. Ya las tasas de interés aumentaron el año pasado, con solo el anuncio de que la FED empezaría a bajar los estímulos. Como consecuencia, los capitales financieros empezaron a salir de países emergentes, de vuelta a Estados Unidos. Eso significa menos dinero disponible en nuestros países.
Para Costa Rica, particularmente, con un déficit fiscal tan alto, esa tendencia tiene un impacto importante. Significa que al Gobierno le costará más conseguir financiamiento para su déficit, y lo deberá pagar más caro. También significa que tendrá que recurrir más agresivamente al mercado financiero local. Por eso, los créditos para personas y empresas serán más caros.
Lo que está frenando que las tasas de interés no suban más rápido en Estados Unidos es que la recuperación de las economías de Japón y Europa aún no está consolidada. Eso nos da un poco de chance a nosotros. Pero no para quedar tranquilos, sino para actuar antes de que sea tarde.