La Fed emitió esta semana un informe sobre el estado de la economía. Su presidente, Ben Bernanke, anunció que los principales indicadores apuntan a que la economía estadounidense va camino a su recuperación. Aunque no modificó el nivel de la tasa de interés de política monetaria, Bernanke dejó entrever que la Fed podría empezar, en el mediano plazo, a recoger parte de los trillones de dólares que ha inyectado a la economía en los últimos años.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR), por su parte, también emitió esta semana un informe sobre el estado de nuestra economía. En el, Rodrigo Bolaños anunció que la actividad económica de Costa Rica se ha desacelerado de manera importante. Aunque parece que el BCCR se da cuenta hasta ahora, la verdad es que hace ratos ya habían luces de alerta sobre el menor crecimiento de la economía. Pablo Villamichel expuso, de manera muy clara en un seminario de Ecoanálisis reciente, cuales eran esas alertas: bajo crecimiento de importaciones y caída de las exportaciones; menor crecimiento de la recaudación de impuestos relacionados con la actividad económica; caída en la demanda de crédito; baja confianza de los consumidores y empresarios sobre el futuro de la economía.
Mientras que en Estados Unidos se empieza a reforzar el sentimiento de que van saliendo poco a poco de su estancamiento, en Costa Rica el sentimiento es de pesimismo, de que vamos de mal en peor. Aunque las tasas de interés pasivas han bajado, las de crédito siguen siendo muy altas. Las restricciones al crédito impuestas por el BCCR le ponen un freno adicional a la economía. Las alzas en las tarifas de servicios públicos encarecen la producción local y reducen el dinero que la gente tiene disponible para gastar. La combinación de inflación y devaluación de años recientes ha hecho que este país se haya vuelto muy caro. Las perspectivas de que el déficit fiscal, la ineficiencia y la ineficacia del sector público no se solucionarán pronto agrega más incertidumbre al ambiente. Todos esos factores alimentan al ambiente pesimista y frenan la actividad económica.
Ahora el principal problema es el crecimiento y no tanto la inflación. Aunque los precios crecen mas rápido que el año pasado, la culpa principal es de los bienes regulados. La inflación subyacente está dentro del rango meta que quiere el BCCR. Por eso, al Central ahora le toca corregir la dirección de su política monetaria. Ya empezó con la reducción de su tasa de política monetaria. Ahora debería eliminar la restricción al crecimiento del crédito en su próxima revisión del Programa Macroeconómico, sino antes.
Pero eso no será suficiente. Los demás factores que frenan la economía no están en manos del Banco Central. Y ahí la tarea se ve mucho mas difícil.