La creación de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) provocó una verdadera revolución para la medicina costarricense que ha llegado a lo que hoy tenemos: una seguridad social sólida, solidaria y con cobertura universal; un sistema médico que es ejemplo para el mundo.
Su creador, médico, político, defensor del pueblo más pobre y marginado del país, el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia, próximo a cumplir sus 40 años como benemérito de la patria (17 de abril) es, sin duda, un ejemplo para las nuevas generaciones que demuestra cómo, cuando se quiere, se pueden hacer las cosas.
Crear la Caja indudablemente ha sido el acto más importante que médico alguno haya realizado por la salud de los costarricenses, y es precisamente este hecho el que obliga a retomar el estandarte de lucha en pro de establecer la salud para este enfermo. Sí: la CCSS está enferma de un mal provocado por las malas administraciones de los últimos años y por la injerencia política que, lejos de recuperar e impulsar el crecimiento institucional, la han minado.
Consolidación. En los decenios de 1950 y 1960 se produjeron acciones de mucha importancia para el desarrollo de la Institución. Se promovió la formación médica en áreas especializadas, y, en 1969, se inauguró el Hospital México, primero a nivel nacional general construido y planeado por la Caja Costarricense de Seguro Social.
Con la universalización de los seguros, en los años setentas, la CCSS protegería a asegurados directos, familiares, trabajadores independientes, asegurados por el Estado e indigentes. A partir de 1982, se inició el proceso de integración de servicios entre la CCSS y el Ministerio de Salud; en 1993, la CCSS asumió en forma integral la prestación de servicios a los ciudadanos (promoción de la salud, prevención de la enfermedad, curación y rehabilitación).
De la mano con el nacimiento de la CCSS, la historia nos relata la consolidación del gremio médico en el país, que comienza con la creación del Protomedicato de la República y la Sociedad Médica, en 1857, impulsada por la epidemia de cólera que siguió a la Campaña Nacional de 1856. El Protomedicato debía encargarse de la salubridad pública, y debía funcionar como tribunal médico, autorizando y regulando el ejercicio de la medicina y el funcionamiento de las boticas al igual que los productos que en ellas se expendían.
En cuanto a la profesionalización de los médicos, en 1895 se establecería la Facultad de Medicina, Cirugía y Farmacia que suplantaría al Protomedicato y sería el primer intento de una consolidación del gremio. Esta institución sería la antecesora del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, creado, también, por el presidente de la República y primer presidente del Colegio de Médicos, el Dr. Calderón Guardia, un 26 de agosto de 1940.
Guerra. El pasado 8 de febrero se conmemoró el bicentenario del nacimiento del expresidente Juan Rafael Mora Porras. A don Juanito se le reconoce especialmente el mérito de haber conducido al país a la victoria sobre los filibusteros encabezados por William Walker, en la Campaña Nacional de 1856-1857. Guerra que cumplió 158 años, y cuyas dos fechas memorables, el 20 de marzo, con la Batalla de Santa Rosa; y el 11 de abril con la quema del mesón, en Rivas, Nicaragua, recordamos.
Tras la guerra, una epidemia de cólera asoló el país, a tal punto que el 10% de la población costarricense falleció víctima de la bacteria. Este hecho se convirtió en la peor epidemia mortal que ha asolado al país desde sus inicios.
Justamente, el brote de cólera y las malas condiciones sanitarias de entonces motivaron a las autoridades para iniciar medidas que rindieran frutos futuros, y así nació la buena práctica de la medicina en el país.
Retornando al 2014, a punto de cumplir 73 años de la creación de la CCSS, estamos a las puertas de una nueva guerra: la guerra contra la corrupción, la impunidad, los malos manejos administrativos, las decisiones dañosas y las pésimas políticas en salud, que han hecho naufragar a la más importante institución de salud de América Latina.
Rescatemos al enfermo: la CCSS, está en estado crítico, pero es recuperable, solo se necesita voluntad política, deseos de trabajar y ganas de servir al país. La responsabilidad hoy nos obliga y los médicos, junto a todos los profesionales de la salud, estamos llamados a continuar la batalla del éxito que significa para Costa Rica gozar de uno de los mejores sistemas de salud pública del mundo.