Estiman expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que cerca de la mitad del crecimiento de los países desarrollados en la última década es atribuible a mejores capacidades de las personas, y no a contar con más o mejores recursos naturales o más capital físico. (El capital es un commodity , mercancía que fácilmente se ubica en los países y zonas más dispuestas a sacarle provecho). Por tanto, el sistema educativo de los países está llamado a jugar un papel trascendente no solo en el objetivo de comprender la vida, sino de ganársela.
Logros educativos. En una muestra de logros educativos en 40 países, los cuatro primeros lugares los han ocupado recientemente, incluyendo el 2014, naciones del este asiático: Corea del Sur, el primero; Japón, Singapur y Hong Kong (China). En cambio, los países de América Latina seleccionados aparecen en la cola, con Chile –el más destacado de la región– en el lugar 32, seguido por Colombia (36), Argentina (37), Brasil (38) y México (39). El resultado es preocupante, pues no proyecta un futuro muy promisorio para esta parte del mundo.
Además de la jerarquía de logros en pruebas estándar, un estudio autorizado (que puede ser consultado en el sitio http://thelearningcurve.pearson.com) presenta varias conclusiones interesantes, algunas de las cuales paso a comentar:
Algunas conclusiones. La primera es que, en materia educativa, no basta dar los elementos básicos de lectura, escritura y aritmética. Estos son claves, pues sobre ellos se monta lo demás, pero no suficientes. Es necesario, también, estimular las capacidades de interacción social de los estudiantes.
Otra conclusión, o moraleja, es que el sistema educativo debe poner énfasis en los primeros años de las personas, pues lo que no aprendan en ellos difícilmente lo recuperan después. Además, se ha comprobado que las capacidades de la gente se reducen paulatinamente con el paso del tiempo. Para conservarlas (o, más correctamente, para no perderlas muy rápidamente), es necesario continuar estimulándolas por medio de la lectura, la realización de ejercicios matemáticos y enfrentando retos. Entre estos están los que se ofrecen en el trabajo. “Oigo algo y lo olvido, lo veo y lo recuerdo, lo practico y lo entiendo”, dice el dicho. La economía mundial no paga en la actualidad por lo que la gente sabe o dice saber (ni por lo rimbombante del título que muestre), sino por lo que ella hace con lo que conoce.
Interesante es el hecho de que los habitantes del Corea del Sur, que ocupan los primeros lugares en las pruebas entre jóvenes, conforme envejecen pierden capacidades más rápidamente que el promedio de los países de la OCDE, pues no las estimulan en la forma indicada, dado que sus empleos son, en general, poco demandantes.
Educación continua. Si a lo anterior unimos (a) el hecho de que los empleos de por vida son cosa del pasado, pues hoy el frecuente cambio de patrono y ocupación es la moda al exigirlo así la competencia (remember Intel, HP, Citi y hasta el Bancrédito), (b) el que la gente vive más años, y (c) que los esquemas de pensiones públicos tiendan a ser menos generosos que antes, pues actuarialmente no se sostendrían, la conclusión es que la educación continua y el trabajar por más años son inevitables. Los programas de actualización académica (con un componente que haga referencia a los requerimientos laborales) y a nivel de las empresas (on the job training and re-training) adquieren importancia creciente.
La inversión en educación, que premia a quien la aprovecha (lo que, entre otras cosas, contribuye a aumentar la brecha económica entre los miembros de una sociedad, si los esquemas de apoyo estatal no están bien dirigidos, como ocurre en Costa Rica), es importantísima. Asimismo, el exigir rendición de cuentas a las autoridades (tanto del Ministerio de Educación Pública como de las escuelas y colegios) y el alinear incentivos con el fin social que se busque (¿qué tal, si se reestructura la paga a los educadores para que incorpore un importante elemento de bonificación por logros?).
Conviene meditar sobre esto ahora que educación pública y huelgas son, en Costa Rica, casi sinónimos.