En contradicción con lo investigado, se reafirma el mito y la creencia popular de que estos hermosos felinos son peligrosos, y con ello se justifica su sacrificio cuando se acercan a poblados humanos. Este mismo argumento, entre otros, se utilizó en una resolución del Área de Conservación Tortuguero para fundamentar el cierre a la visitación de turistas a la playa de Jaloba, en el Parque Nacional Tortuguero, aunque se admite que los ataques de jaguares son poco frecuentes (y nulos en Costa Rica).
Los parques nacionales tienen como fin primordial conservar los recursos naturales que allí se encuentran, y las autoridades administradoras de las áreas protegidas pueden tomar medidas basadas en el principio in dubio pro natura (de precaución y prevención a favor de los recursos naturales). Lo que me parece incorrecto es ampararse, aunque parcialmente, en un argumento falaz para justificar una acción que pudo resolverse de otra manera. En Tortuguero, como en el resto del país, no se han dado casos de ataques de jaguares a personas y en el trópico americano solo hay reporte de tres ataques científicamente certificados. ¿Por qué, entonces, utilizar un argumento que no se sostiene y más bien deslegitima la mencionada resolución?
Argumento injusto. Respeto que se quiera tomar una medida administrativa de manejo del área para proteger a los jaguares y otras especies, pero no es justo utilizar un argumento falaz, basado en el miedo y alejado de la verdad.
He pensado mucho en este episodio y solo puedo concluir que aquí pareciera que vale más no dialogar, desautorizar la opinión de otros solo porque no coinciden con las nuestras y utilizar cualquier argumento, aunque sea ilegítimo, para alcanzar nuestro objetivo.
Me permito concluir con tres sugerencias:
A los administradores de áreas silvestres protegidas y guardaparques: tomemos decisiones basadas en argumentos respaldados por conocimiento científico.
A mis colegas: empleemos esta profesión para generar conocimiento científico, que permita tomar decisiones de manejo en relación con los recursos naturales y la conservación de plantas y animales para el bienestar del ser humano.
A usted, que hizo esta lectura: cambiemos nuestra actitud hacia la vida, pensemos un poco más en las futuras generaciones y en todos los organismos que comparten este planeta con nosotros.
Concluyo con el Manifiesto Ambiental de Noah Sealth: ¿Que sería del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, también moriría porque lo que le sucede a los animales también le sucederá al hombre. Todo en la vida está enlazado.
El autor es investigador del Instituto Internacional de Conservación y Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Nacional.