La complejidad de los sistemas de salud exige una evaluación permanente y comprehensiva para su mejora.
No obstante, cada vez que distintos actores sociales someten a juicio el modelo de salud de Costa Rica, lo suelen hacer desde una visión limitada de los procesos, pero pocas veces lo analizan equilibrando la perspectiva desde los resultados y su impacto, que es la mejor forma de valorar cuán exitoso es un sistema de salud.
Crítica y defensa. El sistema de salud costarricense merece ser criticado para mejorar, pero también amerita ser defendido. Si bien el modelo de salud costarricense requiere ajustes constantes para ir adecuándolo a las nuevas demandas y transformaciones que se producen desde la perspectiva ambiental, demográfica, económica, tecnológica, política y epidemiológica, es un modelo cuyo impacto se observa, desde todo el orbe, como ejemplo en diversos indicadores: mortalidad infantil, esperanza de de vida al nacer, enfoque de atención de las enfermedades crónicas no transmisibles, acceso a medicamentos esenciales, inclusión de los cuidados paliativos dentro del modelo de atención integral y modulación de los niveles de atención basada en la atención primaria en salud.
La mejoría que ha tenido el país en esos indicadores de desarrollo no es fruto de la casualidad. Sabemos que el horizonte de mejora siempre es una brecha que se amplía dado el cambio permanente de las necesidades de la sociedad, pero la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) está constantemente haciendo esfuerzos por innovar y prodigarle a la población la mejor atención y los mejores procedimientos diagnósticos, terapéuticos y paliativos.
Grandes esfuerzos. Por ejemplo, debo mencionar los grandes esfuerzos organizacionales y financieros que se están haciendo en este momento para llevar a especialistas y mejorar la infraestructura y equipamiento a las zonas alejadas del Valle Central como Golfito, Ciudad Neily, Limón, Quepos, Upala, Los Chiles, Nicoya, Liberia…, los cuales son de una gran relevancia, y no dudo que serán de gran impacto.
La CCSS muestra hoy la superación del rezago de infraestructura en Ciudad Neily, Osa, Liberia y Siquirres, y se está realizando una fuerte inversión para renovar hospitales como La Anexión en Nicoya y el Monseñor Sanabria de Puntarenas. Asimismo, estamos listos para inaugurar la nueva sede del área de salud en Parrita.
Creemos en la participación y la escucha social como elemento de mejora, y estoy convencida de que la CCSS, con el compromiso de su personal, tiene la capacidad y la responsabilidad de repensarse y proyectarse hacia sus 100 años, poniendo al paciente en el centro de la toma de decisiones.
Estrategias innovadoras. Las estrategias innovadoras de atención han sido vastas: la teleconsulta, la atención domiciliaria, la cirugía ambulatoria, los hospitales de día, los núcleos de despacho de medicamentos, las clínicas para atención de diversos padecimientos como el cáncer de mama, la incorporación de procedimientos de alta complejidad, plataformas telefónicas y de Internet para acercar los trámites al ciudadano, y otras iniciativas que serán presentadas a lo largo de los próximos meses.
En los últimos años, la CCSS ha reducido sus niveles de morosidad más allá de lo que los estándares financieros han planteado, pero eso no es suficiente para atender las necesidades de salud, que siempre serán crecientes con recursos limitados.
Aquí es donde la participación social debe trascender de la crítica a la acción para renovar decididamente la conciencia contributiva por parte de todos los actores sociales, incluyendo al Estado, para que paguen, con oportunidad y responsabilidad cívica, las cuotas obrero-patronales a la seguridad social y demás aportes, que sostienen este modelo solidario de salud.
Abordaje completo. Por otro lado, es necesario comprender que las causas de los problemas de salud de la población no solo dependen de la respuesta institucional.
Las enfermedades crónicas y degenerativas que están socavando a nuestra población requieren un abordaje completo, que va más allá de la atención clínica. Y es que se necesita, a lo largo de la formación para la vida, una buena dosis de responsabilidad social, así como disciplina y compromiso individual, familiar y colectivo por parte de todos los actores sociales para mejorar la alimentación, frenar el tabaquismo, el alcoholismo, la drogadicción, la mala educación vial, la violencia, el sedentarismo y el estrés, que están generando altos niveles de enfermedad y discapacidad evitable, así como muchísimas muertes prevenibles.
La Caja Costarricense de Seguro Social seguirá cumpliendo su papel para el bienestar de la población costarricense y, para ello, continuará escuchando las demandas sociales y buscando soluciones que le permitan fortalecer los modelos de atención, gestión y financiamiento a partir de los principios de universalidad, solidaridad, equidad, transparencia y sostenibilidad, pero la institución también exige hoy que superemos la inacción social frente a las causas que están afectando la eficiencia de nuestro sistema.
Diálogo social. La CCSS humanista que la población exige requiere un diálogo social, combinado con responsabilidad ciudadana y análisis crítico, equilibrado con respuestas técnicas y especializadas que, en su complejidad, no pierdan de vista al ser humano y su salud. De esto depende mantener la vigencia histórica y la legitimidad de la seguridad social frente a la población de este gran país.
La autora es presidenta ejecutiva de la CCSS.