Ha tomado relevancia en estos días la discusión sobre si el director del hospital debe ser un médico u otro profesional con una formación diferente. Creo interesante aportar alguna observación al respecto, con la base de haber dedicado algunos años de mi vida profesional a tal responsabilidad.
Tradicionalmente, se nombraba director al médico de gran prestigio, generalmente cirujano si se trataba de un hospital general, o pediatra si era de niños, y así sucesivamente. Era seguramente la mejor forma de establecer la autoridad. Conforme los hospitales se fueron haciendo más complejos, surgió la necesidad de entregar la responsabilidad de su funcionamiento a profesionales con un entrenamiento que les permitiera asumir su responsabilidad con mayores conocimientos y formación técnica.
Es conveniente tener presente algunos conceptos que inciden en la decisión. Si se trata de un director para un hospital público o privado, si este es con fines de lucro o sin estos, y si pertenece o no a una red de atención médica, y si se considera la responsabilidad como una especialidad médica. Finalmente, ¿debe verse el hospital como una empresa o no?
Responsabilidades. ¿Cuáles son las principales responsabilidad de un director?
1) Brindar al profesional la infraestructura y recursos que le permitan ofrecer al paciente la óptima calidad del acto médico.
2) Saber manejar el recurso más valioso bajo su responsabilidad, los recursos humanos.
3) Ser líder; tener carisma.
4) Conocer y saber transmitir los objetivos y misión de su institución.
5) Tener sentido común. Creo que las demás atribuciones, importantes, son complementarias.
Recuerdo mucho, cuando analizo el balance de mi gestión, que más del cincuenta por ciento del tiempo laboral fue dedicado a solucionar conflictos interpersonales entre los recursos humanos, no solo de los empleados, sino incluyo a los familiares de los pacientes. Que aprendí más de mis errores cometidos, que de lo que me enseñaron en los cursos. Que el director debe tener una sólida formación en la importancia de la medicina preventiva. Y, finalmente, que debe saber rodearse de aquellos profesionales que le complementen sus debilidades como director.
El médico. El médico, como director, tiene como gran fortaleza el haber participado, desde el inicio de su formación profesional, en los actos médicos que se realizan en todos los niveles, desde la emergencia, quirófanos, unidades especiales, hospitalización, y muchas otras, razón por la cual conoce su funcionamiento y le es más fácil organizar o supervisar el rendimiento o productividad de estas, incluyendo la calidad del acto médico.
Debería serle más fácil tratar los problemas operacionales con sus colegas o con el personal especializado que participa en la atención al paciente. Conocer las causas de estos, facilitará su solución.
Creo que el gran problema del médico como director es seguir actuando como médico en decisiones administrativas.
Tiene que haber un equilibrio entre su rol gerencial y su pensamiento como médico. Obsérvese que en la mayoría de las veces las declaraciones a los medios de comunicación de los directores de nuestros hospitales son sobre temas exclusivamente médicos.
Su debilidad es la poca formación administrativa o gerencial, lo que viene a redundar que el hospital no sea manejado como una empresa. No se conoce algo vital en la dirección del hospital como son los costos de cualquier acto médico.
El gerente. El profesional no médico como director, y me refiero a un gerente con formación de posgrado en Administración de Empresas, tiene como fortalezas las debilidades del médico en los aspectos financieros, controles contables, planificación. Genera una organización más empresarial.
Y sus debilidades son su desconocimiento del acto médico en todas aquellas áreas en que se realiza, por lo que es más difícil comprender todos los factores involucrados en que el grado óptimo no sea alcanzado.
El paciente podría llegar a sufrir las consecuencias. Creo que la comunicación con los médicos y el resto del personal técnico y profesional le sería más difícil.
A manera de conclusion, para hospitales del Estado (CCSS), si se considera la Administración de Hospitales como una especialidad médica, el director debería ser un médico.
La dirección debe estar bajo la responsabilidad del director, que puede apoyarse en dos subdirecciones (o gerencias): i) la Médica y ii) la Administrativa (aquí es donde cabría la propuesta del “gerente hospitalario” propuesta recientemente.
El director debe tener una formación administrativa (Dirección de Hospitales) formal, que incluye la Salud Pública y la Administración con el mismo peso en el pensum de estudios. El manejo de los recursos humanos debe tener igual importancia que las otras materias. Su duración en el cargo no debería ser mayor de cinco años, renovables de acuerdo a su desempeño.
El hospital privado tiene otras reglas de juego.