En la columna que lleva su apellido, don Jorge Guardia me ataca gratuitamente al afirmar que me desdije de mis posiciones ambientalistas y dejar lanzada la duda de si en el caso de Mellon “corrieron los melones”. Y como para que quede claro que no se trata de cuestiones de interpretación, agrega: “algo más que un simple juego de palabras”. No puedo dejar pasar sus palabras puesto que para mí el buen nombre y la honra no son un juego.
Cifras y hechos a la vista. Las cifras y los hechos están a la vista. A lo largo de toda la historia de Costa Rica, tenemos registradas 78 perforaciones (algunas simples huecos) en busca de petróleo. Pero en los años transcurridos desde el cuestionado decreto de 1998, no se ha realizado ni una sola nueva. La razón es muy sencilla: desde que se emitió en 1998 el decreto # 26750, ni una sola empresa ha logrado cumplir con las fases previas establecidas en él para proteger el ambiente.
Esto demuestra mejor que nada que dicho decreto, lejos de haber sido producto del descuido, negligencia, oscuros intereses personales o deseo de ser complaciente con las compañías, estableció pioneramente procedimientos rigurosos y exigencias severas para garantizar que la actividad petrolera, en cada de sus etapas, no perjudicara nuestro ambiente.
Para ello, el decreto separa con claridad lo que es la prospección, la exploración y la explotación y algunos maliciosamente tratan de mezclar las 3 actividades. Adicionalmente, no se me puede achacar a mí la responsabilidad de una concesión firmada más de dos años después de la conclusión de mi desempeño como titular del Minae, por otra administración.
Es curioso que don Jorge, tan flexible en otros momentos de su vida profesional, asuma ahora posiciones de defensor de la ética. Me parece encomiable y lo insto a seguir por ese rumbo. Pero ya que ha formulado en mi contra una insinuación del calibre expuesto, lo emplazo para que en breve aporte a la opinión pública las pruebas de sus gratuitas insinuaciones, o tenga la caballerosidad y la decencia de retractarse.