El Sistema Financiero Nacional para la Vivienda, mediante el esquema actual, cumple poco menos de tres décadas de funcionamiento pleno.
Muchos han sido los logros que, a lo largo de este tiempo, se han alcanzado, pero muchos son también los compromisos que deben ser cumplidos a corto plazo.
La optimización de recursos es un asunto fundamental. El subsidio debe ser dirigido a las personas más necesitadas de una manera eficaz, coordinada y congruente.
Su aplicación requiere de la participación conjunta de las las instituciones del Estado creadas para tal efecto. El tiempo es una herramienta fundamental y la comunicación entre estas instituciones es básica.
Existen sectores que, pese a su estado de pobreza extrema, no tienen acceso al bono familiar.
El aparato estatal se ha mostrado deficiente en el tratamiento de este problema, y las estructuras institucionales actuales se alejan cada día más de dicha población.
Cinco puntos básicos. El sistema necesita efectividad. Es menester colaborar con las entidades autorizadas y promover su participación e interés, de manera que todos los involucrados tengan como fin común la optimización de recursos y la rápida colocación de estos.
A continuación, describo cinco puntos básicos para mejorar el proceso de otorgamiento del bono familiar de vivienda.
1. Expediente electrónico: Reducir la cantidad de papeleo, acelerar la tramitación de solicitudes, crear acceso de manera eficiente a la información de las instituciones públicas (Registro Nacional, Registro Civil, Banhvi, IMAS, Inder, CCSS). Esto debe ser ya una realidad. Como una obligación para con la naturaleza y nuestros semejantes, debemos mejorar la forma de estructuración de un expediente administrativo de solicitud de bono familiar o bono y crédito.
La reducción en la cantidad de documentos físicos y la posibilidad de lograr la información pública al alcance de un clic, es urgente.
2. Incentivar los casos individuales definidos en el artículo 59 de la Ley del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda y Creación del Banhvi: Curiosamente, la mayor parte de las personas que pueden acceder a un bono familiar de vivienda son aquellas que tienen titularidad de un bien inmueble; la tramitación del bono se les dificulta sobremanera a las personas que no tienen esta posibilidad, negándoles cristalizar el sueño de tener casa propia.
3. Tasa subsidiada: El marco teórico-legal para generar condiciones preferenciales de crédito está dado en el abanico de leyes y reglamentos existentes, por lo que es necesario, entonces, reorientar las políticas del sector vivienda hacia otro ámbito de aplicación.
4. Bono más crédito complementario: Un importante segmento de nuestra población se encuentra dentro de los estratos tercero y cuarto. El acceso al bono familiar de vivienda se les debe estimular, así como facilitarles la obtención de un crédito.
Tomando en cuenta el valor de las propiedades en la Gran Área Metropolitana, es indispensable lograr soluciones complementarias entre los ¢20 millones y ¢30 millones.
5. Análisis de expedientes: Para conocer la situación real de las familias, es necesario hacer un estudio de bienes muebles en propiedad y otro de crédito de los miembros mayores de edad del núcleo familiar postulado. Además, el estudio del trabajador social debe ser estandarizado para todos los casos que tramiten bono familiar de vivienda.
No es la falta de legislación lo que no permite brindar ayuda económica a los estratos más necesitados del país, sino la ausencia de un compromiso político que se arriesgue a cambiar los esquemas actuales.
El autor es gestor ambiental.