En la Historia hay grandes fugas, que han servido para famosas películas como Alcatraz, la Gran Evasión, Colditz, Papillon o el Expreso de medianoche. Y se han fugado César Borgia, Casanova el seductor, Luis XVI, Napoleón, Winston Churchill y Benito Mussolini. En octubre de 1964, 57 residentes de Berlín Oriental pasaron bajo el Muro a una profundidad de 13 metros, con 145 metros de largo y 70 cm de alto, hacia la libertad. Pero esos escapes palidecen ante treinta y un diputadas y diputados protagonistas de la ya célebre “fuga del cafetín”, el pasado 1.° de mayo en la Asamblea Legislativa.
Un plan perfecto para atropellar la Constitución: arrebatar la llave de un ujier, evadir curules, superar cámaras de televisión, bordear la urna de los votos y fugarse a través de los aromas del café recién hecho, para alcanzar, ya no la libertad, sino el pacto de la oposición. Y todo en el marco de un mayo que no fue negro, ni rojo ni verde. Eso no duele, lo que sí duele es que no fuera un mayo transparente.
Jornada larga y dura. Mi alocución el 1.° de mayo en la Asamblea contuvo palabras fuertes, pero hay que contextualizarlas al calor de una jornada larga y dura y de confrontación. Si el tiempo demuestra que mis términos fueron inapropiados, tendré la gallardía de rectificar, pero si comprueba que lo que hice fue profetizar y acertar, no seré yo quien lo evalúe, sino el país entero. Esta Costa Rica que a veces parece indolente, pero que no olvida y no se deja engañar.
El adjetivo “forajido” lo usé en su acepción de quienes se fugan. Y esto no lo negarán las y los diputadas/os de oposición que, con sus razones, protagonizaron “la fuga del cafetín”. Ellos pueden justificar su escapada, pero que se fueron, se fueron. Esa desbandada es premonición de lo que pasa cuando partidos tan distintos se reparten un pastel: como no alcance para todos, se pelean hasta quebrar el plato. Y ahora todo está en el futuro, en el tiempo de las adivinaciones y los oráculos. Un oráculo es una profecía, el más famoso es Delfos, donde antiguamente por medio de un sacerdote, de una pitonisa, de señales, de cartas o éxtasis frenéticos se adivinaba. Y el PAC tiene su sacerdote, sus pitonisas, sus señales y sus cartas, todas volcadas hacia abajo, no se las enseñan ni entre ellos mismos. Y tiene sus éxtasis frenéticos, ganar el directorio lo tiene en uno. Los hebreos llevaban su Arca de la Alianza, símbolo del pacto, al frente de batalla, en este directorio van a necesitar cinco arcas, porque cada reunión va a ser una batalla entre irreconciliables.
Pactos. Los pactos entre adversarios suelen posponer el enfrentamiento inevitable, tal vez el más célebre unió a Hitler con Stalin, con posiciones tan irreconciliables como las que dividen al PAC con el Movimiento Libertario y con el Partido Unidad Social Cristiana. Más que un pacto, es una tregua entre partidos, algunos de los cuales nacieron para enfrentarse a otros y hoy se tapan la nariz para comer en la misma mesa.
En octubre de 1821 tuvimos un Pacto de la Concordia, pero este de la oposición lo es de la discordia, porque nace en contra, no a favor y para desplazar, no para abarcar. Pero entre estos cuatro fantásticos de este pacto, y lo digo porque uno tiene una elasticidad extraordinaria que le permite estirar y deformar su ideología a voluntad, otro puede volver invisibles sus principios, otro en cualquier momento se vuelve antorcha humana y quema lo que firmó ayer, y otro suele volverse de piedra en la vida política; hay uno que me sorprende mucho.
En la España de la transición una canción se preguntaba: “¿qué hace una chica como tú en un lugar como este”?; pues bien, le pregunto al PAC: ¿qué hace un partido como tú en un pacto como este?
¿Es el mismo PAC que combatió al Movimiento Libertario y al Partido Unidad Social Cristiana en el TLC con Estados Unidos? ¿Es el mismo PAC que condenó el acuerdo de Liberación Nacional con el Movimiento Libertario? ¿Es el mismo PAC que sobre la reforma del agua se opuso al Movimiento Libertario?
Con esta mescolanza en el directorio los vientos se convertirán en tormentas y las diferencias se volverán abismos. El bloque opositor es un disfraz por los cinco minutos que duró la votación por el directorio. Este PAC da mucho que pensar, porque su capacidad de transformarse puede convertirlo en enemigo para sus amigos. PAC pasaría a significar PARTIDO de los AMIGOS CAMBIANTES.
Le vaticino a esta alianza una cortísima luna de miel, un mal matrimonio durante un año y un divorcio por malos tratos y adulterio. El símbolo del Pacto de la Alianza es un arca, el símbolo de este pacto de la oposición bien podría ser el barquito de papel de Serrat: “Barquito de papel, sin nombre, sin patrón y sin bandera, navegando sin timón donde la corriente quiera”. Si acierto esta profecía, podría poner una consulta en el parque central de Alajuela, por supuesto, pagando patente a la Municipalidad. Solo interpreto augurios. Y estoy seguro de que en menos de un año me van a decir: ¡Fabio, nos lo avisaste! Y me van a pedir el número premiado de la lotería del domingo.