El Tratado Cañas - Jerez (1858) claramente determina que la delimitación se inicia en “Punta de Castilla” en la desembocadura del río San Juan, y de ahí sigue por la margen derecha del mismo río hasta un punto situado a tres millas inglesas de Castillo Viejo. De ahí se separa dos millas y sigue paralela al San Juan y al borde del Lago de Nicaragua, hasta llegar al río Sapoá. De ahí parte una línea recta que termina al centro de Bahía Salinas.
Más allá de la margen derecha (antes de llegar al punto citado en relación con Castillo Viejo) es territorio tico. El así llamado “dragado” se estaría realizando en la amplia zona donde Costa Rica limita con la margen derecha del río y donde, ¡muy importante!, los costarricenses tenemos libre navegación.
Impacto ambiental. El otro proyecto, la represa en el San Juan, aunque no estaría tocando territorio costarricense sí afectaría la libre navegación –algo que no permiten los convenios entre los dos Estados– y, además, impactaría sensi- blemente las reservas de la biosfera y demás áreas de conservación que conforman el corredor biológico situado en la cuenca del San Juan. Cuenca que tiene un 40% en territorio costarricense.
No hay que ser especialista para darse cuenta del impacto ambiental que tendría una represa de 400 metros de largo, que se construiría para detener toda el agua que, proveniente del lago de Nicaragua, hoy fluye hacia el Caribe por el río que paradójicamente se quiere dragar. Y ello, para verter las aguas del lago hacia el Pacífico por el istmo de Rivas, donde se colocarían unas turbinas hidroeléctricas.
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