Agobiados por la creciente delincuencia, la falta de seguridad en las calles, viviendas o comercios, sumado a la presencia cotidiana de una legión de drogadictos que ociosos, desaliñados y sucios transitan por doquier, los vecinos del barrio Cristo Rey, en Alajuela, emprendieron, desde el pasado mes de diciembre, una lucha para combatir esos males.
Las empresas locales, el Instituto de Alajuela y otros centros de enseñanza se sumaron, con decisión y coraje, a la causa, que es la de todo buen costarricense.
En varias reuniones con representantes de los diferentes cuerpos policiales, estos expusieron detalladamente las limitaciones económicas, de personal y materiales que enfrentan en su trabajo diario. Cabe indicar que las limitantes legales se suman a las señaladas.
Con esa información, los vecinos de Cristo Rey, concluyeron que es indispensable propiciar cambios profundos en nuestra ordenamiento jurídico, elevar el nivel de preparación de los cuerpos policiales, así como mejorar algunos procedimientos administrativos en las instituciones o ministerios de gobierno encargados de velar o hacer cumplir la ley.
Para lograr lo señalado anteriormente, es necesario un debate nacional profundo, serio, con la participación de amplios sectores de nuestra sociedad, donde todos, en la medida de nuestra capacidad, aportemos ideas para hallar remedio a males tan arraigados y de tan complejo entramado.
Como contribución a tal debate, barrio Cristo Rey elaboró un amplio proyecto de reformas Constitucionales y de tipo legal. El proyecto contiene un análisis del problema de las drogas, la delincuencia como resultado del consumo de aquellas, así como excitativas al Poder Ejecutivo, la Corte Suprema de Justicia, al Instituto de Alcoholismo, etc, en las que se señalan cambios administrativos necesarios. Finalmente, y cual columna vertebral de la propuesta, se solicita a la Asamblea Legislativa, una serie de cambios en la Constitución Política viaente, así como en el Código Penal y otras leyes como la Tutelar de Menores, o la actualización de la ley Nº 6122, con especial, énfasis en los delitos relacionados con el robo de vehículos; o también la creación de un novedoso sistema de acusadores públicos, sin que se pretenda con ello menoscabar al Ministerio Público. Lo enumerado anteriormente se da a título de ejemplo ya que la lista de propuestas está bien detallada en el proyecto.
Los vecinos, muchos directores de escuelas y colegios, así como numerosas delegaciones de jóvenes estudiantes uniformados, presentaron, el día 24 del mes en curso, a la consideración de la Municipalidad de Alajuela, en su calidad de gobierno local, el proyecto de reformas constitucionales y legales, para su estudio y sobre todo, para fortalecerlo con el aporte de ideas del mayor número de ciudadanos alajuelenses; este proyecto enriquecido y aprobado se enviará a las restantes municipalidades del país, con el objeto de lograr el apoyo de ellas, cuando, en un corto plazo, sea presentado ante los organismos correspondientes por nuestra Municipalidad.
Estamos convencidos de que la aprobación de las reformas constitucionales y legales propuestas, se logrará en la medida que exista una toma de conciencia que dinamice la participación de todos los ciudadanos. Se contribuirá significativamente a dar a las autoridades, tanto policiales como del Poder Judicial, las herramientas legales, que actualmente no poseen, para enfrentar con éxito, las lacras de la droga, la delincuencia y la inseguridad ciudadana. Pondremos un poderoso freno al grave problema que significa la impunidad, originada en leyes blandengues o en la ausencia de la ley.
Este proyecto es la contribución orgullosa que vecinos y centros de enseñanza alajuelenses damos a la cruzada de bien y adecentamiento que Costa Rica requiere. Es el primer paso para dejar atrás el miedo, la pasividad y la indiferencia colectiva, para trocarlas por la participación, el compromiso de lucha por la esperanza de una Costa Rica mejor, más segura y libre, donde no encontremos a persona alguna sometida a la nueva esclavitud, por las cadenas aprobiosas de la drogadicción.