La Feria Internacional del Libro de Costa Rica llega a su 14.ª edición. Pocos eventos de este tipo generan tantas expectativas y en pocos confluyen tan diversos actores. El libro y la lectura, herramientas fundamentales de la cultura, la educación y la democracia, se hacen visibles y protagonistas durante un par de semanas en las que, además del encuentro entre las obras y sus lectores, se propician reflexiones más profundas sobre los nuevos senderos que transitan la creación, producción y circulación de los contenidos editoriales.
El Ministerio de Cultura y Juventud de Costa Rica, además de impulsar, con la Cámara Costarricense del Libro, la realización de la Feria, busca que esta se convierta en un escenario adecuado para garantizar una verdadera fiesta de la diversidad cultural. En este espacio convergen muchos de los esfuerzos del Estado costarricense en promover la creación literaria y el hábito de la lectura. Aquí vale la pena destacar la tarea de El Colegio de Costa Rica, en el Espacio Cultural Carmen Naranjo para las Artes Literarias, un verdadero semillero de iniciativas culturales, en el que nuestros creadores y sus obras tienen un encuentro entre ellos y con sus lectores. El Colegio deberá servir, además, para profundizar en las reflexiones y en las tareas de formación en el campo del libro, tan necesarias en los tiempos que corren.
Niños, jóvenes y lectura. Atraer más públicos al mundo de la lectura, en particular entre la población infantil y joven, es un reto para la institucionalidad del libro, en un contexto marcado por la diversidad de formas de acceso y apropiación de los contenidos culturales. De alguna manera, es este un propósito que permea todo el trabajo de nuestro Ministerio en torno al libro y la lectura.
Por ello mismo, hemos puesto especial empeño en fortalecer la imagen de la Feria del Libro para hacerla más atractiva para todas las audiencias. Estamos convencidos de que la multiplicación de las actividades artísticas y culturales en el recinto ferial se convierte, como ocurre en eventos similares en todo el mundo, en la mejor manera de dar visibilidad a las obras de nuestros creadores y de propiciar un ambiente amable para que los niños y jóvenes se apropien del evento y vivan el mundo de las letras y de la cultura desde una perspectiva lúdica y contemporánea que les permita discernir que, más allá de los soportes y de los formatos, el significado del libro y de la experiencia de la lectura es el de poder visitar nuevos mundos y ampliar los horizontes de la imaginación.
Transformaciones. Hablar del libro y de la lectura hoy hace imperativo reflexionar sobre las profundas transformaciones que en esos ámbitos se están viviendo. A comienzos del mes de julio, en una reunión que tuve el honor de presidir, nos encontramos los gobiernos de 17 países de la región, en Bogotá, a instancias de Cerlalc-Unesco, para analizar la “Nueva Agenda por el Libro y la Lectura”. Durante una semana, los allí presentes hicimos, con el apoyo de voces expertas, un repaso a los cambios que las tecnologías de información y comunicación están generando en estos ámbitos y, en especial, a las formas en que estas pueden ser utilizadas para promover el cierre de las brechas que en estos campos tienen nuestras sociedades.
Hablar del libro y de la lectura hoy obliga a repensar los roles de todos y cada uno de nosotros: autores, editores, libreros, bibliotecarios y las instituciones públicas y privadas que allí actuamos, con un solo propósito: entender qué y cómo se lee hoy, prepararnos para entregar respuestas adecuadas a las demandas de los lectores, propiciar el acceso a las obras de los nuestros y de los que con sus expresiones literarias nos visitan desde otras tierras. En una frase, buscar que en los entornos por donde circulan las obras literarias y científicas, virtuales o reales, los protagonistas sean los dos extremos de la cadena de valor del libro: los autores y los lectores.
Las ferias del libro, como la que nos aprestamos a abrir en Costa Rica, nos ayudan a trazar senderos y a comprender los fenómenos sobre los que hoy nos estamos interrogando.
Manuel Enrique Obregón López, ministro de Cultura y Juventud de Costa Rica. Presidente del Comité Ejecutivo del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc).