En nuestro país recientemente se han articulado bloques muy bien definidos del conservadurismo de vieja guardia, acérrimos defensores del machismo, de la injerencia religiosa en la educación y la política, de modelos de roles de género deteriorados y abusivos. Estos grupos llegan al extremo de denominar “feminazismo” a la lucha por una sociedad más justa, por un país donde las mujeres caminen en paz por las calles y los hijos de padres que no conviven en el mismo hogar reciban (algún) sustento económico.
Estas organizaciones profieren insultos por doquier en redes sociales, periódicos y demás medios a cualquier opinión que ponga en verdadera perspectiva sus intereses o cómo sus actitudes son las que verdaderamente discriminan. Me preocupa especialmente que estas organizaciones de corte conservador consideren que el país vive en una “dictadura de género” y acusen al sistema judicial de estar regido por leyes “feminazis”
¿Será que estos grupos nos llaman de esa forma a los que pedimos pensiones alimenticias justas, aunque la ley asigne un mínimo de pensión mezquino e insuficiente? ¿Es un crimen que también pidamos respeto al género femenino? ¿Es un acto vandálico que recordemos que se estima la brecha salarial en un 30% entre hombres y mujeres? ¿Ven como un acto de guerra que las mujeres puedan disponer de su cuerpo y de su vida?
Como dato, el término “feminazi” lo acuñó Tom Hazlett para burlarse de los colectivos feministas que buscaban una mejora en las condiciones de vida de las mujeres en los Estados Unidos a mediados del siglo pasado.
Mi formación académica, familiar y social me indica que el acto abusivo realmente es buscar limitar las libertades de un género, desencadenar paranoia y fomentar la opresión. Me preocupa que esta sociedad les esté prestando oídos a conceptos tan errados como los expuestos. Una sociedad crítica, educada y consciente sabe que estas ideas son nefastas para lograr una equidad real.
¿Será que a estos grupos conservadores ticos no les gusta pagar pensión? ¿Será que les da miedo que las mujeres dejen el rol social de sumisión y esclavitud al hogar? Como hombre, como costarricense, y como actor social consciente, rechazo totalmente estas ideas. Si queremos avanzar como sociedad, debemos olvidar estas ideas de caverna ¡de inmediato!