La Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano ha recibido, sin sorpresa, la noticia de la resolución de desestimación del Juzgado Penal del Segundo Circuito Judicial de San José en la causa contra nuestro fundador, que investigaba una supuesta donación realizada a favor de la Fundación Arias por una empresa o fundación ligada a Infinito Gold Ltd.
Recibimos sin sorpresa esta resolución judicial porque, al estar la investigación basada en un hecho absolutamente falso, no era posible que sucediera otra cosa. La Fundación Arias nunca recibió dinero de Infinito Gold Ltd. ni de ninguna otra entidad vinculada con la minera, ni con sus dueños.
Es muy triste ver cómo, con todos los problemas que tiene este país, un capricho obliga al Estado a que el dinero de los contribuyentes se gaste en perseguir fantasmas producto de la fantasía de periodistas obsesionados con tratar de desacreditar a cualquier precio a Óscar Arias y a todo cuanto tenga que ver con él.
Durante los años que lleva esta novela, periódicamente se ha hecho referencia en diversos medios a esta supuesta donación, sin tener ningún respeto por una de las organizaciones no gubernamentales más sólidas y prestigiosas de la región –que es la que tengo la suerte de dirigir– ni por la figura de nuestro fundador, el costarricense sin duda más reconocido en el mundo.
La nota publicada por La Nación el pasado 9 de julio deja espacio a dudas en el lector. Luego de ser este periódico el que inicia la novela, se imponía la obligación moral de informar la verdad de forma clara y contundente.
La Nación pudo haberse ahorrado mucho tiempo y dinero con solo haberle preguntado a cualquiera de los distinguidos miembros de nuestra Junta Directiva, por ejemplo, a don Franklin Chang Díaz o a don Rodolfo Jiménez Borbón. Lamento que La Nación en el pasado hiciera ese tipo “periodismo”.
No encontraron prueba de esa donación porque no existió. Porque el rumor era falso. Porque Óscar Arias crea la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano para contribuir a las luchas que lo motivan, como lo son la igualdad de género, el desarme, la desmilitarización –abolición de los ejércitos en Panamá y Haití–, la disminución de la violencia y la creación del Código Internacional sobre la Transferencia de Armas, el cual se transformó posteriormente en el Tratado sobre el Comercio de Armas, aprobado por las Naciones Unidas.
La Fundación Arias se enorgullece de haber desarrollado sus proyectos con el valioso aporte de muy distinguidos profesionales, que en diferentes momentos trabajaron para ella, como lo son Luis Guillermo Solís, Fernando Durán Ayanegui, Ana Elena Badilla, Lara Blanco, Paula Antezana, María Eugenia Bozzoli, Mario Fernández Silva y Bruno Stagno Ugarte, entre otros.
La Fundación Arias ha servido a esas luchas siempre apegada a los más sagrados valores éticos y morales que inspiran a su fundador.
La Fundación Arias así entiende el legado de su fundador y estoy segura de que esta nunca traicionará esos principios y valores.
Lina Barrantes Castegnaro
Directora ejecutiva Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano