Es cierto que, desafortunadamente, muchas mujeres con cáncer de mama se presentan a la consulta por primera vez debido a que se palparon un bulto. Pero afirmar que “el autoexamen de mama salva a millones de personas cada año” (LaNación, 10/10/2011) es una falsedad que puede provocar daños.
¿Por qué la afirmación en el titular de esa nota periodística es falsa? Porque simplemente no existe evidencia científica que avale que el autoexamen de mama por sí mismo salve a nadie, mucho menos a millones de personas. Es decir, no hay estudios clínicos que demuestren una disminución en la mortalidad del cáncer de mama basada en el autoexamen exclusivamente. Todo lo contrario, ha sido motivo de discusión si es conveniente hacer tanto hincapié en su utilización.
¿Cuál es el daño que se puede provocar? Esto es lo más preocupante y lo que motiva esta reflexión. Se les da a miles de mujeres la falsa sensación de seguridad de que con solo observar y palparse las mamas se podrán detectar y salvar del cáncer de mama ¿Dónde está la verificación independiente de la información que va publicar por parte de La Nación?
Lo que sí salva millones de vidas es la detección temprana basada en mamografía. El descenso en la mortalidad por cáncer de mama en las poblaciones en que se ha introducido va de un 15% a un 35%. Sobre eso, la evidencia es abrumadora y fácilmente disponible.
Lo que sí ha demostrado un impacto en la calidad del tratamiento de la pacientes con cáncer de mama es la dedicación y el trabajo multidisciplinario de los profesionales quienes atendemos a las pacientes con patología mamaria, desde el radiólogo que realiza la mamografía o el ultrasonido y toma la biopsia con aguja gruesa, hasta el cirujano que reseca el tumor, el patólogo que analiza el tumor, el radioterapeuta y el oncólogo médico que guían el tratamiento adyuvante, y los psicólogos, fisioterapeutas y otros que velan por que la paciente tenga la mejor calidad de vida posible en este proceso.
Afortunadamente, muchas mujeres costarricenses obtienen su información de fuentes autorizadas y solicitan, año a año, a su médico que les envíe la mamografía o, simplemente, acuden directamente donde su radiólogo de confianza. Es así como cada vez atendemos más pacientes con tumores tempranos. Tumores que se resecan con técnicas que permiten un resultado estético muy satisfactorio para la paciente (tumorectomía, cirugía oncoplástica), así como la detección selectiva del ganglio centinela para conocer el compromiso ganglionar. Tumores que, en su gran mayoría, son curables.
La transparencia en la información que recibamos debe ser la norma.
Hermann Barquero Melchor, cirujano especializado en cáncer de mama