En la entrevista que le hizo el periodista Esteban Mata a Ottón Solís (La Nación, 14 de diciembre 2012, p.19A), este se atreve a aseverar que quien dispara a la espalda de un adolescente “no es un criminal” y, por consiguiente, “yo lo digo con mi conciencia, si fuera presidente, yo indultaría a este finquero”. En otras palabras, ¡al autor de los disparos destinados a matar!
De los desafortunados juicios de valor emitidos por Solís se colige que él ignora el trasfondo de la cuestión, pues dice:
“Por eso, yo el caso no sé. Yo en general opino, no entro en detalles”.
En tal sentido, es muy lamentable y peligroso que un político que se ha postulado como candidato a la Presidencia de la República y que tal vez querrá lanzarse de nuevo emita reflexiones tan lamentables que soslayan su inteligencia.
Solís debería recapacitar sobre la óptica equivocada con que vio este asunto, porque su futuro, tanto en las esferas políticas como electorales, corre el riesgo de tambalearse, y puede producir éxodos en muchos de sus seguidores.
Con la sensibilidad de la sociedad costarricense no debe jugarse: un intento de homicidio, como el caso que ocurrió en El Tanque de La Fortuna, es racionalmente injustificable.
La ética, ese conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida, no encuentra conciliación con los criterios de Ottón Solís.