Por sorprendente que parezca, no es únicamente con más computadoras y mejor acceso a Internet como mejora el desempeño educativo.
Esta es la principal conclusión de un estudio llevado a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), presentado recientemente con el mismo título de este artículo.
La investigación abarcó 31 países pertenecientes a la organización, y se analizaron los resultados de la prueba PISA en matemáticas, lectura y ciencias, con respecto al acceso a computadoras e Internet en las aulas.
Según el estudio, lo más importante es fortalecer primero el nivel básico de competencias en matemática y lectura, materia en la que un buen educador juega todavía un papel fundamental e insustituible.
Luego, debe potenciarse el acceso y la generación de conocimientos mediante las herramientas de las tecnologías de información y comunicación (TIC).
La organización determinó que, independientemente del origen social, los estudiantes que hacen un uso moderado de las computadoras en la escuela presentaron resultados mejores que los que las usan poco. Sin embargo, los que las usan muy frecuentemente presentaron los peores resultados de todos.
Error común. Tal vez exista una sobreestimación de expectativas al pensar que la provisión de tecnologías, por si sola, resolverá los problemas de aprendizaje.
Una tecnología puede potenciar ampliamente los alcances de una gran educación, pero una gran tecnología nunca remplazará una mala educación.
Por tanto, toda política pública relacionada con la disminución de brecha digital debería enfocarse, primeramente, en que las personas alcancen los niveles básicos de las competencias necesarias para aprovechar el mundo digital.
Para esto, es fundamental considerar el desarrollo de contenidos y herramientas pedagógicas tanto para los profesores como para los estudiantes.
Estos procesos deben complementarse con el desarrollo de habilidades blandas para interactuar en el mundo real y el virtual, en segundo lugar, y, en tercero, debería atenderse lo relativo al acceso a servicios de Internet y a los dispositivos.
Superar el smartphone. Es imprescindible que los jóvenes de hoy sean más inteligentes que sus teléfonos inteligentes y que cuenten con las capacidades necesarias para participar activamente en la cultura, la economía y la sociedad digital.
Pero antes, deberá preparárseles para ser usuarios críticos y responsables, que toman decisiones informadas y que evitan comportamientos perniciosos.
Desde 1986 la Fundación Omar Dengo y el Ministerio de Educación son referentes internacionales en cuanto a la puesta en marcha de políticas públicas que complementan los procesos de aprendizaje con herramientas tecnológicas.
De manera paralela, diferentes gobiernos han desarrollado programas encaminados a incrementar las habilidades requeridas y la capacidad creativa de los estudiantes.
Recientemente, el Gobierno hizo público el plan CRdigital para disminuir la brecha digital, y con gran entusiasmo hemos visto que muchos de los principios, las acciones y las metas fueron considerados y retomados del Acuerdo Social que, en este campo, propuso la administración Chinchilla, en julio del 2011.
Políticas. Dos cosas, sin embargo, nos llaman poderosamente la atención: que quedara excluido del programa el plan de la Red Nacional Educativa, el cual pretendía interconectar con banda ancha simétrica a escuelas y colegios del país. Esto, en detrimento de las posibilidades de acceso a contenidos especializados, actualizados, en variedad de formatos y sin las limitaciones de tiempo y espacio.
En segunda instancia, que la Sutel esté dispuesta a apoyar este programa con cargo a los $300 millones de Fonatel.
¿Por qué ahora sí y antes no? Es lamentable el tiempo perdido, los recursos desaprovechados y la cantidad de ciudadanos a los que se les negó oportunidades de inclusión digital.
Keilor Rojas y Rowland Espinoza Howell se desempeñaron como viceministros del Micitt en la administración Chinchilla.