Es verdaderamente deplorable que el diario La Nación haya dado cabida en sus páginas de opinión del 25/10/10 a las palabras tan nefastas e increíbles del Dr. Jaime Gutiérrez, más proviniendo de un médico que ha jurado defender la vida, mientras que promueve los “asesinatos selectivos” y la creación de escuadrones de la muerte que liquiden a la población limonense, para, según él, salvar al resto del país de la violencia.
El Dr. Gutiérrez expresa una paradoja pues, mientras aduce que se deben crear fuerzas militares que se dediquen a asesinar sin miramientos a delincuentes limonenses, manifiesta también en su escrito que “nuevas muertes generan futuras venganzas y más muertes”, o sea, el país caería en una virtual guerra y una vorágine de violencia sin límites. Habla de “la bestialidad de los hechos de sangre”, pero al mismo tiempo sugiere el asesinato a sangre fría de supuestos criminales.
Falacias. Recurre a falacias para apoyar sus argumentos, al decir que “la provincia de Limón ya es un territorio aparte del resto del país”, o “Limón es una emergencia nacional, pero nos causa una ansiedad tan grande hacer lo que hay que hacer” (o sea, empezar a asesinar a mansalva a todo limonense, para evitar que como una plaga, se expanda la violencia).
Recomienda Jaime Gutiérrez que hagamos en Costa Rica como la Ministra de Seguridad de “la democracia sudafricana”, quien ordenó a la Policía “ustedes tienen que matar a los criminales' No se preocupen por las regulaciones. Se les han dado armas, entonces úsenlas. No hagan disparos de advertencia, ustedes tienen una bala y debe ser usada para matar”. ¿Qué diferencia hay entre este pensamiento criminal y la violencia que se supone está atacando?
Propone este señor la creación de fuerzas militares que acaben con los maleantes limonenses, porque “las democracias tienen el deber de recurrir a lo que sea para salvarse”.
Mentes calenturientas y psicopáticas como la de este médico han creado escuadrones de la muerte en otros países para llevar a cabo asesinatos selectivos y eliminar todo aquello que los moleste, o que según sus mentes enfermas, supongan un peligro para la sociedad, como los que asesinaban a los opositores al Gobierno en El Salvador; a los que se dedicaron a “limpiar las calles de niños sin hogar”; en Brasil, o los que mataban sistemáticamente a la población indígena en Guatemala. Aquí, Jaime Gutiérrez está proponiendo nada menos que asesinar, borrar del mapa de Costa Rica, a la población limonense, culpable según él, de la génesis del crimen y la violencia en el país.
Violencia generalizada. También se equivoca Gutiérrez al darle exclusividad a Limón de la “cultura de la violencia”. La violencia está generalizada en todo el país, donde ya no hay barrios ni de ricos ni de pobres que no sufran del hampa. Los homicidios con carácter de ejecución se dan en todas las provincias. No hay día en que no haya una nota roja originada en San José, pero eso no quiere decir que debamos convertirnos en “vigilantes” y empezar una guerra, uniéndonos a los asesinos en las calles del país.
¿Acaso cree este médico que asesinar criminales, o supuestos criminales, lo hace mejor persona que ellos? ¿Qué diferencia habría entre un criminal que ejecuta un rival y este médico armado matando a quien considere enemigo de su tranquilidad? ¿En qué se basa para decir que Limón es “una provincia fracasada? ¿Por qué no promueve mejor una mayor inversión del Gobierno en Limón, una mayor educación, generación de empleos, que alejen a la población de la tentación del crimen?
Parece que el nuevo hospital psiquiátrico para delincuentes psicópatas tiene ya su primer paciente.