Nuestra temporada de lluvias termina precisamente cuando se inicia la época fría, generada por la llegada de los fuertes vientos alisios, los cuales son para toda la cuenca del Caribe, el resultado atmosférico que ocasionan los frentes gélidos provenientes desde el polo norte.
Los vientos alisios hacen descender drásticamente nuestra temperatura ambiente, pero también contienen un gran potencial energético, el cual se aprovecha hoy en día, en energía eléctrica, gracias a la reciente tecnología de los generadores eólicos ya instalados en Tillarán y otras zonas de Guanacaste. La generación eléctrica eólica durante los meses de baja precipitación lluviosa es de más bajo costo (US$ 0.10/KWh) que la generada con plantas acopladas a motores de combustión interna quemando hidrocarburos importados (US$ 0.40/KWh) como la de Garabito del ICE en Puntarenas. Desgraciadamente, el fuerte viento no es constante todas las horas de todos los días del verano, lo cual obliga al ICE a mantener operando casi permanentemente sus plantas térmicas de altísimo costo.
Sin embargo, los vientos alisios también ayudan a la poda natural anual de los bosques y arboledas en todo el territorio nacional, provocando la caída de ramas secas cuantificables en millones de toneladas de madera, lo que a su vez constituye una biomasa residual aprovechable para la generación eléctrica si llegásemos a contar con plantas eléctricas estratégicamente ubicadas en diferentes zonas del territorio nacional. Solo basta hacer un recorrido por la zona norte del país en esta época del año para verificar la cantidad de madera que ya está en el suelo y que, de no ser recogida y aprovechada antes de la llegada de las lluvias, terminará pudriéndose y generando metano, uno de los gases más nocivos para la atmósfera.
La construcción de pequeñas plantas de generación eléctrica de hasta 20 MWatts de potencia utilizando la biomasa maderera residual dentro de un radio de 25 Km., son en muchos países una de las soluciones modernas para su demanda energética y para contribuir a la reducción de la quema de hidrocarburos a nivel mundial. Estas plantas también proveen la energía eléctrica para el transporte de la biomasa vegetal residual por medio de vagones ferroviarios al centro de acopio y secado de la misma. El costo de producción de la electricidad con biomasa residual todavía sigue estando en el orden de un 50% del costo de la generada con hidrocarburos.
La energía eléctrica generada con biomasa residual es altamente rentable para su venta en el mercado centroamericano, pues este depende en casi un 50% de la generación con hidrocarburos. Ojalá que algún día lleguemos a contar con una Ley eléctrica que nos permita el máximo aprovechamiento de la poda natural forestal gratis que nos brindan los vientos alisios.