El papel que desempeñó el ferrocarril fue determinante para la Costa Rica de hoy; además, jugó un papel clave en la actividad comercial de finales del siglo XIX, lo que definió en gran parte la sociedad actual.
En la década de los años 60,70 y mediados de los 80, los ferrocarriles en América Latina pasaron por una situación crítica, se dejó de invertir y se apostó al desarrollo del medio de transporte carretero influenciado por intereses externos. Costa Rica no fue la excepción, a pesar de que se hicieron algunos esfuerzos puntuales.
La política del país para el desarrollo del sistema ferroviario nacional se abandonó de forma irresponsable con una miopía increíble, se ignoró el papel tan importante de este medio de transporte y se apostó por un desarrollo desmesurado del modo carretero que hoy es difícil de mantener y adecuar a los cambios del país y la sociedad.
La situación de la actividad ferroviaria del mundo hoy día es muy importante, el papel en la economía y bienestar social es determinante, el desarrollo de este sistema de transporte se estimuló, se trabajó arduamente en la planificación y la sectorización de las políticas de transporte, principalmente en Europa, Asia, África y parte de América Latina.
La apuesta por el desarrollo del ferrocarril es clara ya que es el transporte del futuro, no solo para la movilización de pasajeros, sino también de cargas o mercancías; los avances tecnológicos han transformado la actividad ferroviaria en una alternativa de transporte segura, económica y amigable con el ambiente.
Sistema obsoleto. En Costa Rica nos encontramos con un sistema ferroviario obsoleto, administrado por el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), que opera trenes de carga y pasajeros en algunos sectores de la red gracias a la voluntad inquebrantable de los funcionarios a cargo de esa actividad, quienes trabajan en condiciones realmente precarias.
Actualmente, laboran aproximadamente 49 funcionarios en planilla y 220 de las Sociedades Anónimas Laborales (Sales), estructura que se creó de forma provisional y temporal hace más de 15 años para poner en marcha el ferrocarril. Existe un alto riesgo de accidentes por el estado de la vía férrea y el equipo, con el agravante de un limitado apoyo de las autoridades responsables de las políticas de transporte.
Es hora de que se defina de forma responsable y seria cuál es el papel que debe tener el sistema de transporte sobre rieles en Costa Rica. El ferrocarril debe incluirse en la política de desarrollo real del país.
Las decisiones sobre este medio de transporte no deben verse únicamente como una tarea del gobierno de turno, sino de la sociedad como un todo y con el involucramiento de las instituciones públicas y el sector empresarial, incluida la academia, que debe tener en sus programas de estudios la preparación de profesionales en esta rama.
Una adecuada planificación a largo plazo sobre el transporte en ferrocarril sin duda alguna redundará en un desarrollo sostenible en el futuro.
Argumentos inválidos. Se aduce que Costa Rica tiene distancias cortas y una topografía complicada para el desarrollo del ferrocarril. Estos argumentos no son del todo ciertos; existe un potencial importante que permite promover el desarrollo de este medio de transporte. Existen análisis técnicos serios que respaldan lo indicado.
El MOPT tiene la obligación de planificar el desarrollo a mediano y largo plazo de los medios de transporte, tomando en cuenta la demanda, la actividad comercial y empresarial, la realidad tecnológica del mundo y la conveniencia país. No solo se debe pensar en el transporte por carretera, sino más bien la forma en que tanto ese sistema como el de transporte sobre rieles pueden complementarse en beneficio de la sociedad y del medioambiente.
El Incofer es una institución que debe tomarse en serio, con una visión de futuro, debe someterse a una reestructuración con la ayuda de las instituciones estatales que correspondan, que le permita contar con una estructura administrativa y operativa, con los recursos económicos y de personal adecuados para cumplir lo que señala su ley constitutiva.
Es necesario una definición clara del papel que debe tener en el sector transportes, es necesario invertir en sistemas, equipos e infraestructura; es urgente establecer programas de capacitación y formación educativa en el área ferroviaria.
Las alianzas público-privadas hoy día permiten este tipo de desarrollo. Dejemos de hablar y pongamos manos a la obra, hagamos que la actividad ferroviaria juegue el papel que le corresponde en la economía y bienestar de un país como el nuestro; no podemos permitirnos el lujo de no subirnos al tren del progreso y desarrollo tecnológico, que definirá, sin duda alguna, la calidad de vida de las futuras generaciones.
El autor es ingeniero ferroviario.