En el Partido Acción Ciudadana nos encontramos ante una diyuntiva histórica: la de convertirnos en un partido que pueda gobernar para cambiar positivamente nuestro país, o simplemente ser una fuerza minoritaria que se convierta en parte de la conciencia nacional y a la cual nadie hace caso.
Mi respuesta es que el PAC nació para gobernar y por eso cada persona partidaria y simpatizante debe de hacer lo que esté a su alcance para convertir al PAC en una alternativa creíble y ganadora para las elecciones del 2014. Quienes no creen que podemos y tenemos que ganar las elecciones de 2014 para gobernar este país de una forma decente, eficiente y solidaria, deben ser responsables consigo mismos y con el país y tomar otras banderas partidarias que tienen como legítimo objetivo ser simplemente un contrapeso político y una voz contestando a todas las cosas que siguen haciéndose mal, corruptamente o no se hacen.
Sobra decir que hoy más que nunca necesitamos un país eficiente para que las personas pobres puedan tener las herramientas que les permitan salir de su condición, aquello que llamamos las “cañas de pescar”.
Un Estado que ofrezca las condiciones para que quienes están produciendo honradamente, puedan hacerlo sin tanta traba y tanto impedimento. Un Estado que permita que los productores rurales tengan espacio para crecer y vivir dignamente.
Sobra, por supuesto, decir también, que los niveles a los que ha llegado la corrupción son inaceptables, y que debemos, como lo dijimos desde nuestro nacimiento partidario, combatirla de manera frontal y abrir espacios de participación ciudadana para garantizar un control social de los recursos públicos que se siguen repartiendo como bienes de difunto.
Hoy más que nunca debemos convertirnos en la práctica en un país ambientalmente sostenible, superando el maravilloso discurso y la buena marca internacional, para profundizar acciones desde el Estado tan urgentes como el tratamiento de las aguas servidas y la protección efectiva de los ríos, las fuentes de agua y los recursos marítimos.
Hoy nuestra ideología del bien común y de los derechos humanos que incluyen los civiles, políticos, sociales, económicos y culturales tiene una vigencia mayor para que así el Estado cumpla efectivamente lo que le promete a cada habitante en la Constitución de la República y en los convenios internacionales que tienen marco supra-constitucional.
Es hoy y ahora cuando tenemos que demostrar que el compromiso es con la patria y que el vehículo es el Partido Acción Ciudadana. Y que se deben superar, internamente, los irresponsables discursos de unos pocos que repiten hasta el cansancio: “que solos no podemos ganar”; sin decir con quiénes debemos y vamos a ganar. O aquellos que afirman, para fundamentar su liderazgo, que llegaron primero y, como si se tratara de un simple mercado persa donde se transan puestos y beneficios, dejan por fuera los intereses del país e irrespetan con esta actitud a muchos extraordinarios dirigentes que han demostrado y demostrarán que, como dice nuestro Estatuto, “La Patria es Primero”. Y es que los intereses personalísimos deben ser superados para transitar hacia el bien común.
Es tiempo de convocar de nuevo a la acción y al compromiso ciudadano. Volver a llamar a la gente a la que convocó la Patria cuando se hizo el llamado a la acción. Esas miles de personas que hicieron grande al PAC y que demostraron que podemos adecentar la política, comprando la calcomanía, poniendo el carro, la comida y el conocimiento al servicio del país. También debemos convocar y convencer a otras tantas miles que aún no nos han dado su voto en el pasado, o porque eran muy jóvenes aún, o porque no les logramos convencer. También es tiempo de pedir humildemente disculpas por lo que no hemos hecho bien en nuestro paso por los diferentes puestos de poder y representación, porque hemos aprendido a hacerlo mejor, y vamos a demostrarlo si ganamos las elecciones de 2014.
Debemos poner fin a estos años de retraso para el país. De aumento de la desigualdad. De aumento del costo de la vida en lo más básico: en la luz, en el agua, en la comida; aunque los datos fríos digan que tenemos una de las más bajas tasas de inflación de la historia. Ya basta de tanto escándalo de corrupción, que no resuelve uno cuando empieza el otro.
Debemos crecer económicamente con responsabilidad, a través de una política monetaria y macroeconómica equilibrada y con visión de futuro, que no castigue a unos sectores para que otros que tienen influencia directa en el Gobierno se beneficien desproporcionadamente.
El compromiso es con la Patria. Ese es el mandato y estamos obligados a cumplir con nuestra responsabilidad histórica.