Hemos visto con preocupación el aumento de las víctimas de agresión por negligencia atendidas en el Hospital Nacional de Niños (HNN). Es alarmante que en el año 2006, en ese centro de salud se atendieran por día 2,47 casos de violencia infantil, y que, para el 2012, la cifra aumentóa 4,69. Es decir, hubo un incremento del 90% en seis años.
En el Banco de Costa Rica (BCR), nuestra misión como organización estatal es impulsar el desarrollo sostenible del país, pero no podemos pensar en un desarrollo sostenible si tenemos una niñez herida, con lesiones físicas o emocionales que, probablemente, limitarán su inserción en la actividad productiva nacional. Los niños son el futuro de nuestra nación y es responsabilidad de cada uno de nosotros velar por su crecimiento integral, sano y feliz.
Negligencia. Según los registros del HNN, del 2006 al 2012, el 70% de los casos de violencia infantil se podría haber evitado si los padres, o la persona que tenía a su cargo el cuido del menor, no lo hubieran descuidado ni un segundo.
Erróneamente, se utiliza la palabra “accidente” para catalogar el descuido. Pero, si el menor se corta con un cuchillo, se intoxica con la ingesta de un medicamento sin receta médica, se atraganta con un objeto pequeño, se quema con el agua caliente de una olla o, inclusive, con pólvora, no se trata de un accidente, sino de un caso de violencia infantil por negligencia.
Por esta nueva realidad social que hoy aqueja a nuestra niñez, en el 2013. el Banco de Costa Rica, en alianza con el Hospital Nacional de Niños, asumió un compromiso público para actuar juntos contra la negligencia, mediante la campaña “No los descuide ni un segundo” .
Esta campaña pretende sensibilizar e informar a los cuidadores de niños y niñas, para que los más pequeños del hogar no sean víctimas de violencia infantil. Por medio de la visibilización del problema y de consejos concretos, promovemos el bienestar de nuestra niñez, al evitarles los peligros de sufrir lesiones que se pueden prevenir con una vigilancia oportuna y responsable.
Misión. No podemos ser indiferentes, nuestros niños y niñas merecen nuestra protección, nuestra vigilancia y sincera preocupación por su calidad de vida y crecimiento. A edades tempranas, es imposible que nuestra niñez sea consciente de los peligros y riesgos a los que ellos se enfrentan. Pero nosotros, como sociedad responsable, tenemos la misión de guiarlos, protegerlos y educarlos para que estos casos no se presenten.
Las consecuencias de una lesión, en edades tempranas, puede marcar para siempre la vida de los niños, incluso pueden tener desenlaces más drásticos y tristes como la misma muerte.
Actuemos juntos por nuestra niñez, sin descuidarla ni un segundo, pues la negligencia también es violencia infantil.