En días recientes, representantes del movimiento pro-vida montaron una exposición en la Asamblea Legislativa que incluyó más de 60 afiches relacionados con el aborto, así como la exhibición de instrumentos quirúrgicos utilizados para practicarlo y documentales científicos respecto al inicio de la vida y su desarrollo en el vientre materno.
El objetivo: crear conciencia de que el aborto provocado es un crimen con nefastas consecuencias para la mujer y la sociedad en general. Lo anterior en momentos en que existe en la corriente legislativa el proyecto de ley número 16887, que con un lenguaje ambiguo, de aprobarse, abre portillos para considerar el aborto como un derecho.
Paradójicamente, para el Día de la Vida por Nacer, la Asociación Demográfica Costarric., afiliada a IPPF (organismo internacional que promueve el aborto), mediante un artículo publicado en este diario, afirma que quienes defendemos a los no nacidos pero ya vivos, somos incapaces de entablar un debate serio sobre “el derecho a decidir”.
Manipular conceptos es parte de la estrategia abortista. Considerar el aborto provocado como una “opción”, lo que realmente pone en entredicho es el “derecho a la vida” de seres humanos en su estado más indefenso, y esto no es negociable pues el derecho a la vida no debe y no puede ser objeto de debate.
Manifestamos nuestro total rechazo a ser etiquetados como fanáticos prejuiciosos, posición completamente intolerante, que evidencia por sí misma de dónde vienen realmente los prejuicios y la incapacidad de debatir. Una táctica que se ha hecho recurrente y que pretende callar a quienes se oponen, con argumentos de peso, a posturas completamente ideológicas.
No aceptamos que como ciudadanos se nos siga coartando nuestro derecho a la libre expresión e información. ¿Por qué se oponen a mostrar lo que ellos mismos promueven? Son los abortistas quienes se han caracterizado por ocultar la realidad del aborto, para así manipular a la sociedad a favor de una opción de muerte.
Consideramos que el Gobierno e instituciones del Estado deben promover el uso de espacios públicos para reafirmar que la vida humana es inviolable, compromiso asumido en la Declaración Universal de DH, en diversos tratados internacionales, en nuestra legislación nacional y que forma parte esencial de nuestra idiosincrasia.
La defensa de la vida está inscrita en el corazón de los costarricenses, no permitamos que la pena de muerte sea de nuevo instaurada en contra de los más débiles e indefensos: los no nacidos.