Sí, voy a votar, y votaré por mis creencias, como lo he hecho siempre, como una decisión personal basada enmi experiencia de vida.¿En qué creo yo?
Mi bisabuelo fue agricultor descalzo de Coronado, mi abuelo fue panadero, mamá y papá fueron a un vocacional, y yo soy ingeniero. Viví en carne propia que la mejor forma para salir de la pobreza es el trabajo honrado. Por eso el personaje político que creé en redes tiene de eslogan “Trabajador y honrado, Don Burro Diputado”. Representa a cada generación de mi familia que se sudó el lomo para que yo tuviera más oportunidades de las que ellos tuvieron. En carne propia, y con todo mi corazón,yo creo en el trabajo honrado.
Uno de mis abuelos admiraba a don Pepe Figueres, el otro admiraba al doctor Calderón Guardia y unos primos admiraban a Manuel Mora. Resulta que esos señores no están hoy en la papeleta, decidiré entre los que están hoy. Hoy veo a los políticos cambiándose de partido como un futbolista se cambia de camiseta, por eso no creo en banderas de partidos con sus lindos colores.Yo creo en principios.
Si dejo a otros elegir la película y resulta aburrida, me toca aguantarme dos horas. Si dejo a cuatro gatos elegir gobernantes…me tengo que aguantar cuatro años. Cuando era más joven voté nulo o en blanco para hacer protesta, pero no sirvió; la abstención provocó que diputados se elijan con solo 20.000 votos y después nos sorprendan con sus acciones. Por eso no creo en el abstencionismo, ni el voto nulo ni en el voto en blanco porque hace demasiado fácil alcanzar el poder.Yo creo que votar es necesario.
Ideologías. Hay una ideología perfecta. Es fácil caer en etiquetas absolutas, pero no debería ser así porque, a nivel mundial, del socialismo la educación y salud pública son herramientas del desarrollo humano y de igualdad de oportunidades.
Del capitalismo es cierto que la competencia motiva el trabajo, la innovación, la eficiencia y la producción, para que haya premio al esfuerzo individual. Del ambientalismo es cierto que debemos ser responsables y cuidar el planeta, para nuestro propio bienestar. De la espiritualidad (no se confunda con religión) es cierto que debemos trascender más allá de las cosas físicas, y que la mayor motivación debe venir del espíritu, pasar a la mente y de ahí a lo físico.Yo creo en un progreso de cuatro dimensiones.
Aristóteles dijo, 330 años antes de Cristo, que “no se necesita un Gobierno perfecto, se necesita uno práctico”.
Como ingeniero sé que las obras buenas son las que funcionan, y que las obras perfectas sólo existen en los planos. Desear la perfección absoluta es parálisis. Mucha abstención se da cuando busco un partido a mi medida, como traje sastre, que no existe, y entonces no voto. Si buscara una opción que calce perfectamente conmigo, tendría qué hacerme mi propio partido que sacaría un voto en las elecciones (el mío). Aunque no sean perfectas, yo creo en las decisiones prácticas.
En mi casa supieron rendir la plata. De niño siempre tuve útiles escolares y cuando hubo dinero, de adolescente, compraron una computadora para estudiar, aunque nunca tuve un Atari . Sé que caminando se consiguen mejores precios, y que la plata hay que cuidarla porque cuesta mucho trabajo producirla. La plata crece si se pone a trabajar, y desaparece si se gasta en pachanga.
Viajando me di cuenta de lo atrasados que estábamos con los celulares, y cuando les pusieron competencia, fue santo remedio. Hoy veo doble recarga, mil puntos de venta, no me piden depósito para la línea, y veo empleadas domésticas o estudiantes con celular. Tengo más opciones de elegir, mejor servicio y bajos precios. Igual el arroz, la leche, la electricidad… Pagamos esas cosas al precio más alto de Centroamérica, porque allá si hay competencia. Ese tema es el más simple.Yo creo que la competencia baja precios y mejora el servicio.
Una decisión. Y, así, llegué a tomar una decisión que es específica para febrero del 2014. Aún no sé por quién votaré para alcalde en dos años, ni qué haré en el 2018. Sé lo que decidí hoy. Simplemente decidí según mi conciencia, y se lo comunico de la forma más respetuosa que puedo. Otros pensarán diferente, votarán diferente y eso está bien.Yo creo en la democracia.
Al igual que siempre,voy a votar por mis creencias. Entiendo que usted vote por las suyas.