Se dice que la democracia es muy costosa, y creo que es verdad, pero cuando observamos la gravedad de los ensayos de armas nucleares y lanzamientos de misiles de Corea del Norte, ese costo me parece realmente bajo.
Si retrocedemos unos quinientos años en la historia, podríamos observar que el siglo XVI fue la era del poder absoluto de las dinastías, pero casi todas desaparecieron a principios del siglo XX a lo largo del desarrollo de la democracia.
Estas se convirtieron a regímenes con un rey que ostenta un poder simbólico, repúblicas democráticas o un gobierno de liderazgo colectivo en las que sus ciudadanos gozan del ejercicio de la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión y prensa.
Sin embargo, y pese a que la mayoría del mundo adoptó la democracia, todavía hay quienes quieren doblegar países enteros bajo su poder absoluto. Podemos citar dos ejemplos recientes de esto: la situación en Siria y los ensayos de armas nucleares de Corea del Norte.
Paralelismo. A simple vista, pareciera que lo que viven los refugiados sirios y las pruebas de las bombas nucleares del régimen norcoreano no tienen nada en común; sin embargo, son caras de la misma moneda: la falta de democracia.
La pobreza, el hambre, la destrucción y los conflictos armados son un fenómeno común que ocurría en los países con un gobierno que posee un poder heredado y absoluto.
Hace siglos las guerras generadas por los reyes absolutos, imperialistas o nacionalistas extremos causaron grandes tragedias a la humanidad, pero hoy la crisis de la democracia, o la falta de democracia, son más culpables de estas tragedias que cualquier otra causa y cuyos resultados afectan no solo a su país y a sus ciudadanos, sino también a otros países y continentes.
En 1948, mientras Costa Rica superaba una guerra civil y abolía el ejército, la península coreana se dividía en dos y se iniciaba un conflicto que aún hoy no sabemos cuándo terminará.
Contraste. Costa Rica abona más presupuesto a la educación y fortalece su democracia. Al contrario, Corea del Norte incrementa cada día más el presupuesto para armas pesadas y ensayos de armas nucleares.
El régimen de Pionyang invierte su presupuesto en armamento mientras su país es catalogado como una de las peores economías del mundo y sus ciudadanos viven acechados por la miseria, los campos de concentración, el hambre y el sufrimiento en un país en el que sus gobernantes han matado la democracia, los derechos humanos y las libertades civiles.
La pobreza del pueblo norcoreano y los pesados armamentos son costos incalculables de esta falta de democracia.
Es tanta la obsesión del régimen norcoreano con las armas nucleares, que muchos afirman que parece una enfermedad. Yo creo que las pruebas y la creciente amenaza de las armas nucleares del poder absoluto de sucesión de Corea del Norte tienen su origen en la falta de democracia.
Costa Rica es un país que debería ser un buen ejemplo para Corea del Norte, pues defiende su territorio con democracia y educación y no con armas pesadas u ojivas nucleares.
Cuando comparamos la situación de la península coreana, especialmente la de Corea del Norte, con la de Costa Rica, podemos notar con facilidad que los costarricenses disfrutan de los beneficios de la democracia con un costo muy bajo.
El régimen norcoreano sigue ensayando armas nucleares y, como consecuencia, sus ciudadanos sufren una pesadilla que debería haber sido superada, pues estamos en pleno siglo XXI.
Por otra parte, los ciudadanos surcoreanos también sufren las amenazas de ese “rey de poder absoluto de sucesión” que no cesa en su afán de incrementar su poder.
El autor es embajador de la República de Corea.