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Cosas del arte

Salvador Dalí decíaque cobalto, índigo y añil eran los coloresde los sueños

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El cuadro de la iglesia de Auvers-sur-Oise, de Van Gogh, hace que la materia inanimada adquiera vida propia, autónoma. Es que en este lienzo no hay, a decir verdad, materia inanimada. La tela podría pasar por un monumento al animismo: la iglesia sufre, se contorsiona, se estremece, parece aplastada por el cielo azul y los dos caminos que la estrujan. Es una criatura viva, todo en ella dice, todo en ella expresa. Para usar un decir común, “solo le falta hablar”.








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