Esa sentencia me absolvió por el fondo de todo delito, además de aspectos de procedimiento. La noticia en cuestión es cierta, pero también es incompleta.
Mi declaración en esa vista se refirió fundamentalmente a que, incluso si fuesen de recibo las pruebas de Panamá y no se aplicase la prescripción, se sostenía por el fondo la absolutoria que en mi favor rige.
Puede leerse mi declaración en www.juiciojusto.com
En esa declaración de nueve folios, solo en media página hago referencia a que el Tribunal de Apelación de Sentencias actuó ajustado a derecho en esos temas de prueba y prescripción. Esto es lo único que reporta La Nación , omitiendo los razonamientos por el fondo, que son abrumadora mayoría en esa declaración.
Ciertamente, mis abogados abordaron esos temas, como en buen ejercicio del derecho les correspondía. Pero mi mayor interés es dejar claro que mi absolutoria no depende de esos aspectos, sino de que no hubo prueba alguna en mi contra, a no ser la negociada participación del culpable confeso Lobo y sus cambiantes versiones, sin ningún elemento adicional que le diera soporte.
Por eso no hay caso en mi contra y, por el fondo, se determinó mi inocencia.
Con el mismo respeto por el Estado de derecho y por los jueces de mi país que he exhibido por una década ya, espero ahora la resolución de la Sala Tercera.
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