Estimado don Luis Guillermo: hace unas semanas, nos apersonamos a su despacho para proponerle, por tercera vez, una hoja de ruta para enfrentar los graves problemas del desempleo, generados por la falta de confianza del sector productivo nacional en sus políticas energéticas y económicas.
Lo noto muy preocupado por lo que publica la prensa nacional, por los titulares, por las fotografías que le sacan en las redes sociales, por los viajes que debe hacer. No lo veo preocupado por ejecutar nuestras ideas, ni la de los otros partidos políticos, aliados o no, que tienen propuestas para que usted salga bien y el país salga mejor.
En el plenario solo hemos votado presupuestos, incluido uno negativo porque se exageró en el gasto público en términos peligrosos para la economía nacional, porque usted no ha presentado proyectos, ni siquiera ideas, salvo la de gastar a manos llenas, aunque sus ministros, como el de Vivienda, no son capaces de ejecutar siquiera lo que les manda la ley.
Hemos esperado con paciencia su propuesta programática, sus ideas trasladadas a proyectos de ley, sus tesis de cambio en materia económica, social y política.
Ante la inercia de su equipo de trabajo, hicimos el papel de oposición responsable y le dimos una hoja de ruta seria y responsable para que la hiciera suya, como es su costumbre, y copiara las obras buenas del Partido Liberación Nacional.
Lleva razón, señor presidente, cuando manifiesta que el país no está mal, que nunca estuvo mal. Sin embargo, su partido dijo todo lo contrario e hicieron toda la parafernalia negativa musicalizada por cimarronas encabezadas por usted para llegar al poder.
Le hicieron creer al país que Costa Rica estaba en quiebra, que en los últimos 30 años solo hubo corrupción y mala administración. Faltaron a la verdad, y ahora pagan su millonario engaño.
Lo hecho en los últimos treinta años no es suficiente, sin duda. No logramos reducir la brecha social, aunque si conseguimos evitar la crisis social. No llegamos a convertir en realidad los grandes proyectos de infraestructura porque su partido lo impidió durante catorce años para lograr que ustedes los inauguraran. Eso es copiar lo bueno, y esto último no es malo.
Costa Rica está entre los tres países con mejores condiciones económicas y sociales del subcontinente, posición lograda por el trabajo de las últimas décadas, como lo puede encontrar todo analista independiente y serio en las redes sociales y en las bibliotecas de los medios tan criticados por usted.
Pienso que, en su soledad, no puede seguir cometiendo el pecado de conducir a error. A casi un año de gobierno, ni los dirigentes del PAC le creen, como lo han expresado públicamente el fundador, don Ottón Solís; la diputada Epsy Campbell; y la secretaria general. Ellos, hasta donde sé, no vienen de Marte ni de Ganímedes, sino de su propio y terrenal partido.
Usted le traslada su incompetencia e inexperiencia a la prensa, a la que acusa de acoso mediático porque sabotea la labor de su gestión y, por eso, se dan muchos titulares tramposos. Imagino que quisiera seguir siendo el analista independiente que fue para poder poner los títulos que le gustan, aunque debería entender que ya no está en ese papel de comodidad.
Pero ¿cómo puede haber mala intención de los medios en hechos tan concretos como las contradicciones de sus ministros, las renuncias de su gabinete, las acusaciones contra sus embajadores, la falta de capacidad para la ejecución de las obras y muchas cosas más que no han podido hacer en estos meses de gobierno?
Intenta vender como suyos la Banca para el Desarrollo, la ruta 32, APM Terminals y la ruta a San Ramón, entre otros proyectos gestados desde hace más de cuatro años, proyectos impulsados por gobiernos que usted mismo, con tono altanero, condenó, pero que ahora se atribuye como sus logros.
Es muy seguro que usted seguirá repitiendo la misma historia en los tres años que le quedan, cuando inaugure las obras que quedaron financiadas en los dos últimos gobiernos de Liberación Nacional.
Don Luis, usted tiene diez meses de gobernar y pecar. Diez meses que son insuficientes para haber superado la curva de aprendizaje, pero suficientes para lograr proyectos de impacto nacional, algo que es totalmente contradictorio. Un gabinete que no da pie con bola, un gobierno que hizo del ambiente su propuesta y después promueve el aleteo del tiburón martillo, un gobierno que habla de transparencia y luego oculta informaciones públicas y cierra espacios a la prensa nacional y la culpa de su inexperiencia, contradicciones y novatadas. Un gobierno que anuncia mesas de diálogo –tal vez haga una con extraterrestres– pero deja hablando sola a la oposición y a los grupos empresariales.
No pierda más el tiempo, señor presidente. Todos queremos que esto salga bien, por ello le hemos aportado ideas y, por eso, en vez de estar paranoico o tener delirio de persecución, sea un estadista o, al menos, un buen presidente.
Algo sí les quiero dejar claro, una vez más, a los costarricenses: aquí tiene usted gente que quiere trabajar por Costa Rica, pero su gobierno hace oídos sordos. Sin embargo, le solicito, respetuosamente, señor presidente, deje a la prensa hacer su trabajo y póngase a trabajar, eso es lo que quiere el país, para eso lo eligieron y para eso le pagamos todos.
El autor es jefe de fracción del Partido Liberación Nacional (PLN).