Este año, mi tercera hija ingresa a la universidad. En unas semanas comenzará una de las etapas más lindas de su juventud, la cual estará llena de alegrías, pero también de muchas responsabilidades. Así como ella, miles de jóvenes estarán dando ese gran salto a una nueva libertad.
El título de bachillerato se convierte en un boleto de entrada a un mundo de oportunidades, pero no pueden quedarse en el camino, deben buscar un nuevo objetivo. Ahora les toca escoger con libertad de acuerdo a sus ilusiones, talentos, gustos y expectativas. Tomen en cuenta que la vida es mucho más rica e interesante que un salario o una cuenta bancaria. El ver más allá les permitirá soñar, les permitirá ser emprendedores y visionarios. La juventud es el mejor combustible para alcanzar lo que desean.
No duden nunca del potencial que tienen, ustedes deciden cómo quieren usarlo. Úsenlo siempre para bien, para transformar positivamente el lugar donde vayan y para demostrarles a los demás que se puede alcanzar el éxito sin romper las reglas.
Hoy existen un sinfín de opciones para verse tentado a recorrer el camino fácil, pero ese tipo de éxito es efímero y termina por arruinar incluso lo bueno que hayan hecho. Fíjense en el caso de Lehman Brothers, una de las firmas financieras más famosas del mundo: en el 2008 se declaró en quiebra y dejó su nombre manchado para siempre gracias a varios casos de corrupción.
Así como se lo pedí a mi hija, se lo pido hoy a ustedes. Jóvenes: comprométanse a no romper las reglas. El camino más corto siempre se verá suculento, pero caer en estos engaños les robará la libertad por el resto de sus vidas; deberán construir mentira sobre mentira para sostener aquello que edificaron sobre arena.
El secreto del éxito es perseverar en el propósito y asentarse sobre bases firmes para que cuando vengan los momentos difíciles y las tentaciones, puedan entonces mantenerse inamovibles y así logren disfrutar de esa libertad que solo es real cuando se actúa con integridad. Este tipo de éxito es el que se edifica sobre roca.
La etapa de la universidad les da la oportunidad de demostrarse de qué material están hechos. Las decisiones que tomen serán su responsabilidad, ya no hay un cuaderno de recados o castigos en la dirección. Depende de ustedes tomar el camino correcto. ¿Que es más duro y más lento? Sí, pero los llenará de un indescriptible sentimiento de entereza y los envestirá de una autoridad que no todos pueden ejercer.
Estos consejos los compartí con mi hija esperando que los valores que hasta ahora la han caracterizado se aferren a ella en cada reto al que se enfrente. Mi deseo es que la universidad sea el tiempo más provechoso de su juventud, y es mi deseo para ustedes también. Ojaláque sus metas siempre estén construidas sobre roca.