Por otra parte, es importante recalcar que la responsabilidad del buen uso de esos productos recae exclusivamente en los caficultores, que debieron haberlos aplicado en el tiempo y dosis requeridos. Junto a esos insumos, estas instituciones entregaron material divulgativo para su aplicación correcta.
Si la roya sigue en los cafetales se debe a otros factores, menos a la calidad de los productos entregados. No toda la eficiencia de las aplicaciones depende únicamente del producto, sino de factores como el momento y la forma adecuada de aplicarlos por parte del operario, la dosis adecuada, el volumen de caldo utilizado, la cobertura vegetal y el mantenimiento y calibración de los equipos, entre otros.
Los “especialistas que asesoran” a todos los productores de café de Costa Rica siguen allí, junto a ellos. Por eso, la cantidad de actividades de transferencia de conocimientos para el ataque de la roya es muy amplia. De acuerdo con nuestros registros, en todas las regiones afectadas por este mal se impartieron 266 charlas a 8.505 productores; 14 días de campo, a 734 asistentes; 1.139 visitas a fincas; 20.816 consultas por teléfono; y 3.032 consultas personales en las oficinas regionales; 24 demostraciones a 568 productores; 54 reuniones de los comités creados para la problemática de la roya con 151 asistentes; 17 asistencias de nuestros ingenieros agrónomos a programas de radio y 481 cuñas de radio; 101 asistencias a reuniones con el sector de la región con 468 asistentes y 17 actividades en apoyo al IMAS para 3.493 caficultores.
Los “especialistas” del Icafé estamos ahí, junto a los productores de café, porque es nuestra responsabilidad. Desde hace 80 años, Costa Rica goza de un sistema único en el mundo que regula la equidad comercial de la agrocadena del café, que también se define en favor de los productores, la gestión de transferencia de la última tecnología en el cultivo del grano. Esto refuerza y respalda de parte de los caficultores, la credibilidad en la institucionalidad del Icafé.
Las palabras del señor Ugalde son explicables, ya que él, como académico, pareciera que no está enterado verdaderamente de lo que ocurre en nuestro campo.