En estos días se habla mucho de las personas trans y se utilizan diferentes sustantivos para llamarlas: travestis, transexuales, transgénero, etc. ¿Sabe usted quiénes son en realidad las personas trans?
Antes de responder la pregunta, le propongo un ejercicio. Imagine un contexto donde usted no puede ser quien es actualmente; está obligada a ser otra persona y a adoptar todo lo referente a ella, como el nombre, la manera de comportarse, sus tareas. En pocas palabras, tiene que vivir a diario con una identidad que no le es propia. De no hacerlo, recibirá el señalamiento, el odio, el rechazo y hasta el asco de la mayoría de personas de la sociedad. ¿Le parece agradable?
En principio, las personas trans son eso: personas que se enfrentan a una sociedad –tan violenta como la anteriormente descrita– que intenta imponerles una identidad diferente a la que realmente poseen.
Son personas a quienes se les enseñó a ser femeninas, pero que en realidad son masculinas; personas a las que se les impuso que son hombres, pero que en realidad son mujeres; y muchos otros ejemplos.
Son personas que se enfrentan a una Costa Rica “pacífica”, pero machista, religiosa, discriminatoria, etc., que solo reconoce como personas a aquellas que encajan dentro de un perfil muy delimitado, con requisitos de sexo y género específicos. Estos catalogan de ciudadanos solamente a aquellos o a aquellas con genitales que les respalde como tal: es hombre si posee pene y testículos (o al menos pene) y es mujer si tiene una vulva.
Normas sociales. Aunque la realidad científica es más variada, nuestra sociedad establece como norma la existencia de únicamente dos sexos, hombre y mujer. Además, aun cuando existen sociedades en el mundo que reconocen más géneros, desde tres y hasta cinco variaciones, la nuestra solo valida la existencia de dos, una para cada sexo: masculino para el hombre y femenino para la mujer.
Producto de este enlace sexo-género también se dictan especificaciones sobre cómo se debe ser, de qué forma manifestar quien se debe ser, qué papeles y actitudes están permitidas tener y demás delimitaciones sociales.
Las personas trans se enfrentan a un contexto social e histórico en donde se les establecen normas y determinaciones acerca del sexo-género que se espera que posean. Al no encajar en dichos parámetros, se ven en la obligación de reconstruir opciones pertinentes a sus identidades, para así alcanzar su realización personal.
Al establecer como régimen la anterior descripción sexo-género, nuestra sociedad crea contextos de discriminación y violencia ue afectan a las personas que no se apegan a esas reglas.
Por eso, las personas trans no solo reconstruyen su identidad de sexo o género, sino que pagan con cuotas de irrespeto a sus derechos y libertades fundamentales la coherencia y la valentía de vivir ese proceso de superación hacia la configuración de nuevas formas de ser.
El 17 de mayo se conmemora en Costa Rica el Día Nacional contra la Homofobia, Lesbofobia y Transfobia. Desde el Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (Cipac) invitamos a reflexionar sobre lo siguiente: todas las personas tenemos derechos simplemente por el hecho de ser personas, sean cuales sean sus orientaciones sexuales o identidades de género o sexo.
Alonso Jiménez es promotor del Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (Cipac).