La cultura se transforma por causa del contacto con otras culturas y producto del acceso de la población a nuevas ideas y conocimientos.
La sociedad actual se caracteriza por un diluvio de datos y por un permanente estado de intercomunicación entre personas, a un nivel jamás logrado anteriormente en toda la historia humana.
La educación tradicional se ve atropellada por los medios de comunicación masiva, la Internet, las redes sociales, los teléfonos inteligentes, la televisión digital y la inteligencia artificial, los cuales resultan más atrayentes para el individuo y más útiles para el logro de sus objetivos.
El sistema educativo debe adaptarse a esta montaña de información y permitirle al estudiante convertirse en productor de conocimientos que le resulten pertinentes en su entorno social.
En la medida en que la tecnología de la información supere la enseñanza tradicional, que se restringe al pizarrón y los exámenes escritos en papel, el aprendizaje de los estudiantes será nulo, pues no habría relación entre lo aprendido en la escuela y su aplicación en un mundo completamente digitalizado. La educación pública debe, entonces, adquirir un doble carácter: el virtual y el presencial. Cada uno de estos modelos ha manifestado propiedades positivas, que pueden complementarse unas con otras.
Posibilidades. Existe una variedad de actividades educativas posibles en la educación virtual, tales como los foros y el aprendizaje por resolución de problemas contextualizados.
Otra modalidad es la de las simulaciones virtuales, que permiten que los estudiantes experimenten los problemas a los que se enfrentarían en una determinada profesión, tal como sucede en el entrenamiento de pilotos de avión, que practican en vuelos virtuales que reproducen las características de un avión real.
El sistema educativo costarricense no puede pasar directamente a un modelo completamente virtual, pues infraestructura, horarios, evaluación y clases magistrales giran en torno a lo presencial.
Resulta necesario crear un modelo híbrido que permita la asimilación de los nuevos aprendizajes y metodologías virtuales y, a la vez, la adaptación de miles de educadores, formados a través de los muchos años, en el hábito de la lección presencial y magistral. El aprendizaje de los conceptos difíciles requiere del contacto humano entre estudiantes y maestros, lo cual es un obstáculo inevitable para la educación totalmente virtual.
Existe un desaprovechado poder en la unificación de la supertecnología WiMax de Racsa y en el respaldo que daría el formidable capital financiero de Fonatel, al punto que sería posible cubrir la totalidad del país con una red gigante de colegios virtuales (Cvmts-MEP) y colegios a distancia (Coned-UNED), equipados todos con pizarrones digitales y tabletas de bajo costo, que brindarían la oportunidad a más de un millón de costarricenses sin secundaria completa de finalizar sus estudios a corto plazo accediendo a cursos de educación abierta.
Nuevas funciones. Los docentes desempleados que el sistema educativo público no ha podido absorber actualmente fungirían como tutores virtuales en el ciberespacio, que estarían libres de las restricciones de tiempo y espacio; limitaciones propias del aula física.
El cambio educativo en matemáticas requiere inicialmente un cambio de programas, que debe complementarse con la destrucción del modelo de la enseñanza tradicional basada en conferencias, así como de la evaluación estandarizada mediante pruebas escritas.
La sociedad del conocimiento exige un sistema educativo que permita a los estudiantes aprender de otra manera y no solamente acumular información, sin saber cuál será la utilidad de esta en su vida diaria. Memorizar nombres de cordilleras, valencias químicas, verbos transitivos y áreas de polígonos regulares no genera razonamiento alguno.
El aprendizaje y la enseñanza no deben limitarse al aula: su existencia puede darse simultáneamente en la escuela, en la casa y en el trabajo. Cuando los sistemas educativos se convierten en sistemas virtuales, obligan a los estudiantes y a los docentes a convivir en un ambiente para muchos misterioso, denominado “ciberespacio”.
El papel del docente en la educación virtual supera el papel de mero transmisor y supervisor del desarrollo de habilidades, que en sí mismas carecen de significado cuando no se les vincula con el medio ambiente que rodea al estudiante.
El autor es asesor de Matemáticas del Ministerio de Educación Publica