Este 7 de octubre cumplimos tres años desde que se llevó a cabo el referéndum del TLC Centroamérica-República Dominicana-Estados Unidos. La fecha merece ser recordada ya que esta discusión fue sin duda una de las más importantes luchas sociales de mi generación, y una que dividió de forma importante al país, pero en la que al final Costa Rica sirvió una vez más de ejemplo de democracia en la región.
Luego de tres años del referéndum, y casi dos desde que el TLC entró en vigor, hemos podido confirmar que el TLC no trajo todas las catástrofes apocalípticas que se pronosticaron para el país por sus opositores. Lejos de esto, Costa Rica continúa siendo el día de hoy un país atractivo para la inversión extranjera y el comercio, aún con una de las peores crisis económicas mundiales encima.
Pese a lo anterior, también hay que reafirmar lo que siempre sostuvimos los abanderados del sí: el TLC no es la pomada canaria que resolverá todos los males del país. Se requiere mucho trabajo para mejorar la infraestructura del país en telecomunicaciones, puertos y otros, que nos permita ser competitivos en el mundo globalizado de hoy.
El TLC ya va a cumplir dos años y todavía no tenemos apertura en telefonía celular. Las grandes empresas de tecnologías de información toman la decisión de no invertir en nuestro país desde que sus ejecutivos se bajan del avión y se dan cuenta que sus Blackberry no funcionan. Y aunque el proceso va en camino, vemos como las mismas instituciones involucradas se majan la manguera entre ellas y entraban cada vez más esta importante apertura.
Por otro lado, en Limón seguimos sin una solución para los puertos por donde salen nuestros productos. La Sala Constitucional ha hecho que tengamos que seguir viendo cómo empresas deben exportar por Caldera los productos que van hacia el Caribe, haciéndonos así menos competitivos que el resto de países de la región. Pareciera que solo otro referéndum logrará resolver este problema de tantos años.
El haber aprobado el TLC nos abrió una excelente oportunidad para posicionarnos como una de las economías más atractivas de la región. Sin embargo, si no seguimos haciendo la tarea necesaria para mejorar estas áreas, dejaremos pasar esta oportunidad, ya que países competidores como Panamá y Colombia vienen haciendo bien todo lo que nosotros estamos haciendo mal, y seguramente pronto tendrán también su TLC con Estados Unidos en vigor.
Costa Rica debe poder seguir progresando para cumplir los objetivos de comercio exterior e inversión que fueron voluntad de la mayoría en el referéndum, y todas las instituciones del Estado, incluyendo el Poder Judicial, deben ayudar a lograr este objetivo.