El cambio climático se ha convertido en el principal desafío que enfrenta la comunidad internacional. La Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada a finales del año pasado en Copenhague, Dinamarca hizo que dicho tema atrajera la atención de todo el mundo.
Del 29 de noviembre al 11 de diciembre, la Cumbre del Cambio Climático volvió a celebrarse en Cancún de México, donde unos 190 representantes gubernamentales de sus respectivos países realizaron discusiones acerca de una nueva convención climática y llegaron a un acuerdo en que los países desarrollados acordaron financiar $100.000 millones anualmente a los países en vías de desarrollo, con el fin de apoyar los esfuerzos de éstos en la reducción de emisiones, marcando un nuevo inicio en el proceso de la cooperación multilateral en esta área.
La emergencia del problema del cambio climático se debe a causas naturales pero más al progreso y desarrollo caracterizado por la industrialización desde hace aproximadamente cien años de la civilización humana. Los efectos del cambio climático son mayoritariamente negativos y sus principales víctimas son los países en vías de desarrollo.
Dichos países desempañan dos papeles en la negociación del cambio climático: por una parte, toman unas medidas autónomas de mitigación, participando en la lucha contra el cambio; por otra parte, se deben adaptar a los inmensos impactos negativos causados por este cambio.
Gases de efecto invernadero. En cuanto a la emisión de gases de efecto invernadero, no podemos limitarnos al presente ignorando la historia, ni concentrarnos en la totalidad sin darnos cuenta de las emisiones per cápita.
La emisión acumulada de China sólo ocupa el 9% del mundo, su emisión per cápita implica nada más un cuarto de la de los Estados Unidos. Los países en vías de desarrollo, incluyendo China, están muy conscientes de no cometer el gran error de los países desarrollados de irresponsablemente no limitar las emisiones y no seguir la vieja ruta contaminante de los países desarrollados, pero tenemos derecho a proseguir una mejor vida.
En la actualidad la economía china se encuentra en rápido desarrollo, el país enfrentan múltiples presiones como desarrollar la economía, reducir la pobreza y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. El Gobierno chino concede alta importancia al problema del cambio climático y participa activamente en las negociaciones relacionadas.
Consideramos que el punto clave de las negociaciones consiste en adherirse al marco básico de la “Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático” y el “Protocolo de Kioto”, siguiendo firmemente la autorización del Mapa de Ruta de Bali, perseverando en los principios de igualdad y responsabilidades comunes pero diferenciadas, abogando por dar igual importancia a la mitigación, adaptación, transferencia de tecnología y finanzas.
Como siempre, seguiremos promoviendo activamente las negociaciones hacia la ruta correcta, mientras tanto, partiendo de las peculiaridades y realidades de nuestro país, asumiremos las obligaciones internacionales correspondientes a nuestra fase de desarrollo, responsabilidad debida y capacidad real, llevaremos a cabo las políticas, medidas y acciones nacionales efectivas, con el fin de contribuir debidamente a la protección del ambiente global.
China, manteniendo en alto el espíritu de ser responsable con toda la humanidad y todas las generaciones, ha venido impulsando activamente las políticas y acciones de mitigación, tomando una serie de políticas y medidas en aras de reajuste estructural de la economía, cambiar la modalidad de desarrollo, ahorrar la energía, elevar la eficiencia del consumo energético, mejorar la estructura energética y ampliar la forestación.
El Gobierno chino ha anunciado la meta de reducir la emisión del dióxido de carbono por unidad del PIB en un 40 o 45% hasta 2020 a nivel de 2005. Según nuestro cálculo, de 1990 a 2005, la reducción de la emisión del dióxido de carbono por unidad del PIB de los países desarrollados se limita a un 26%, de acuerdo con sus promesas, dicho índice se reducirá nada más en un 30 o 40% al año 2020.
Mientras China ha comprometido reducir en un 40 o 45%, dicho esfuerzo no cuenta con ninguna premisa, ni se sujeta a las acciones de otros países en esta área. Por lo cual se demuestra que China ha hecho gran esfuerzos por luchar junto con la comunidad internacional contra el cambio climático, la magnitud y eficacia de China en reducir su emisión son incomparables en el mundo.
Hacia las negociaciones de Bali. Estamos muy complacidos de conocer que en la Cumbre de Cancún, las partes reafirmaron su adherencia a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Protocolo de Kioto y el Mapa de Ruta de Bali y la perseverancia en los principios de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, garantizando el mecanismo dual elaborado en Bali para las negociaciones del año próximo.
Además, las partes lograron un significativo progreso en los problemas que conciernen a los países en vías de desarrollo, tales como la adaptación, tecnología y finanzas, dándole una señal positiva a la comunidad internacional. Mientras tanto, no omito mencionar que en esta Cumbre no se pudieron culminar las negociaciones del Mapa de Ruta de Bali, por lo cual exhortamos a las partes a incrementar sus esfuerzos políticos para completar las negociaciones del segundo período de vigencia del Protocolo de Kioto, concretando los mecanismos de apoyo a los países en vías de desarrollo en los asuntos de finanzas, tecnología y adaptación.
El problema del cambio climático es un reto común que enfrenta nuestro mundo, y de solucionarlo requiere la cooperación y esfuerzo conjunto de la comunidad internacional y todos sus miembros. China está dispuesta, junto con todos los países del mundo, a esforzarse incansablemente por la noble causa de procurar el desarrollo sostenible del mundo y a hacer nuevas contribuciones a la protección del medio ambiente que toda la humanidad compartimos.