El pasado 2 de abril, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el Tratado sobre Comercio de Armas por 154 votos a favor, 3 en contra (Corea del Norte, Irán y Siria), 21 abstenciones (Angola, Arabia Saudí, Baréin, Bielorrusia, Bolivia, China, Cuba, Ecuador, Egipto, Fidji, India, Indonesia, Kuwait, Laos, Birmania (Myanmar), Nicaragua, Omán, Catar, Rusia, Sri Lanka, Sudán, Swazilandia y Yemen). Adicionalmente, numerosos Estados optaron por ausentarse en el momento de voto, a saber: Armenia, Cabo Verde, República Dominicana, Guinea Ecuatorial, Kiribati, Santo Tomé y Príncipe, Sierra Leona, Tayikistán, Uzbekistán, Vanuatu, Venezuela, Vietnam y Zimbabue.
Se trata del primer Tratado sobre Comercio de Armas (más conocido por sus siglas en inglés ATT/Arms Trade Treaty) incluido en la Resolución A/67/L.58), una iniciativa impulsada desde hace varios años por un grupo de Estados, entre ellos Costa Rica.
Una iniciativa colectiva. Además de Costa Rica, los demás Estados coautores de dicha iniciativa son Argentina, Australia, Finlandia, Japón, Kenia, y el Reino Unido. En diciembre del 2006 en estas mismas páginas ( La Nación, 1/12/2006), el entonces director ejecutivo de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, Luis Alberto Cordero Arias, indicaba del primer logro alcanzado en Naciones Unidas al precisar que: “El 26 de octubre, por abrumadora mayoría, la Primera Comisión de la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Resolución N.° A/C.1/61/L.55, ‘Hacia un tratado sobre el comercio de armas: Establecimiento de normas internacionales comunes para la importación, exportación y transferencia de armas convencionales’, propuesta por Costa Rica, Argentina, Australia, Finlandia, Japón, Kenia y Reino Unido”.
Un proceso intenso. Posterior a ello, la iniciativa conocería un proceso algo abreviado: el Grupo de Expertos Gubernamentales solicitado por la Asamblea General en el 2006 (ResoluciónN.° 61/89) y presidido por Roberto García Moritán (Argentina) rindió su informe en el año 2008. En el año 2009, el Grupo de Trabajo, de composición abierta (también presidido por el representante de Argentina), rindió su informe .
En su primera intervención de julio del 2010 durante la primera sesión del Comité Preparatorio, la delegación de Costa Rica presentó seis puntos ( intervención de la ministra consejera Adriana Murillo), entre los cuales destacan: “mi país apoya un tratado con el alcance más amplio posible, no solo en cuanto a los tipos de armamentos, municiones, partes y tecnologías que debe incorporar, sino también en cuanto a la consideración de todo el rango de actores y transacciones involucrados en las transferencias de armas”, así como el hecho de “que el tratado debe incorporar la obligación de detallar en informes anuales todas las licencias de importación, exportación, intermediación, tránsito, trasbordo y otras autorizaciones relevantes emitidas por los Estados”.
El proceso culmina con la aprobación del Tratado, el cual quedará abierto a la firma (y posterior ratificación) a partir del mes de junio del 2013 por parte de los Estados Miembros de las Naciones Unidas.
Un manejo cuestionado. Lo discursos posteriores al voto permiten dar una idea de algunas posiciones críticas en relación con el contenido del texto final que se votó. Recordemos que al ser bloqueada la iniciativa el 29 de marzo del 2013 por Irán, Corea del Norte y Siria, el presidente de la Conferencia (Australia) y los promotores del texto optaron por someter el texto tal cual a la votación en la Asamblea General, como una manera de no exponer más su contenido a cambios sustanciales en busca de un consenso. Otra fue la decisión del presidente de la Conferencia y de los promotores del texto cuando, en julio del año 2012, Estados Unidos procedió a “hundir las negociaciones ” ( La Nación , 29/07/2012) aduciendo necesitar más tiempo y además las traducciones del texto en los demás idiomas oficiales de las Naciones Unidas.
Basta con revisar el detalle de la lista de las 100 empresas de armamento más importantes en el mundo y en particular su nacionalidad, para entender los desafíos de una iniciativa de esta naturaleza. Estados Unidos sigue siendo el primer exportador de armas, seguidos por Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido y China; recientemente España que logró el 7.° lugar. En una nota de marzo del 2013, el SIPRI anunció que China desplazó a Reino Unido al entrar entre los 5 mayores exportadores de armas. “El desplazamiento del Reino Unido por parte de China es el primer cambio en 20 años en la composición de los cinco principales exportadores”.
Los cinco primeros Estados de esta lista controlan alrededor del 75 por ciento de las ventas mundiales. En América Latina, los datos SIPRI arrojaban que Chile, primer comprador de armas en el 2011, ratifica esta misma desde el 2006. Para el año 2012, indica este mismo organismo que: “Chile y Ecuador sobresalen como países con tasas más altas de gasto militar sobre gasto social que el promedio regional”. Una consulta a la base de datos del SIPRI sobre gasto militar para México indica un aumento en el gasto militar de 3.887 millones de US$ (2001) a 5.723 millones de US$ para el 2011. Este último monto es menor al gasto militar de Colombia del 2001 (6,291 millones de US$). el cual ha aumentado a 10.290 millones de US$ para el 2011 según las cifras SIPRI.
Pese a las congratulaciones de unos y otros, el hecho de que el texto adoptado únicamente encontrara la oposición frontal de Corea del Norte, Irán y Siria constituye una llamativa señal en relación con el tipo de obligaciones internacionales que establece para los demás Estados, y más particularmente para los mayores productores y compradores de armas en el mundo.