Un ciclo de terremotos de magnitud mayor a 7, que se genera cada 40 años en la zona sur, llevan al Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) a anticipar que, entre los próximos siete y doce años se dará un sismo de 7,2 a 7,4 grados.
La hipótesis desarrollada por el sismólogo Marino Protti Quesada no debe ser ignorada solo porque hay quienes la califican de alarmista, sensacionalista o de irresponsable.
Protti y el equipo de científicos del Ovsicori tienen en su currículum el haber advertido, desde dos décadas antes, el alto riesgo de un sismo mayor a 7,5 grados en Nicoya, el cual finalmente se dio el 5 de setiembre del 2012, con aquellos 7,6 grados que estremecieron a todo el país. Su hipótesis se sustentó en el ciclo de terremotos en la zona de choque de las placas Coco y Caribe, que es de unos 50 años de diferencia.
El penúltimo gran temblor se había dado el 5 de octubre de 1950, que con su poder de 7,3 grados destruyó el 25% de las casas en la ciudad de Nicoya. Con base en ese antecedente, desde 1997 el Ovsicori comenzó a llamar la atención.
“Hay que prepararse”, fue la consigna, y gracias a eso, a las 8:42 a. m. del 5 de setiembre del 2012, el efecto fue mínimo ante la magnitud y cercanía del terremoto de 7,6. La población estaba preparada psicológicamente para afrontar la emergencia y, ni se diga los escolares, que habían ensayado qué hacer cuando viniera ese momento. También, una mayoría de edificaciones resistieron esa fuerza porque en el proceso de permisos de construcción se sometieron a normas sísmicas ajustadas a una zona de riesgo. Ese día fue trágico, pero no de mortandad. Y en eso, Protti y los científicos del Ovsicori merecen reconocimiento porque lograron que la población estuviera lista.
Con el sismo que adelantan en la península de Osa o Punta Burica lo deseable es que sus habitantes también estén en guardia pues prevén aceleraciones más fuertes que las de Nicoya. Las experiencias de terremotos en 1853, 1904, 1941 y el de aquel Sábado Santo de 1983 indican que en el sur el ciclo anda por los 40 años. Han pasado 33 desde 1983 por lo que, con tranquilidad, hay tiempo para que ciudadanos, municipios, Comisión de Emergencias y Gobierno se unan para estar preparados, todos, ante esta anunciada eventualidad.
El autor es jefe de Redacción en La Nación.