Doña Karla Prendas intenta tapar el sol con un dedo. A tenor de su respuesta, el PLN no decide nada. Si Ottón Solís fue apartado de la Comisión de Ingreso y Gasto es porque el PAC se lo pidió al presidente legislativo. Si, por el contrario, el presidente legislativo ignoró la voluntad del PUSC y nombró a quien quiso en la Comisión de Hacendarios, es porque los socialcristianos están divididos y don Gonzalo Ramírez no quiso dejar a nadie por fuera.
Por lo visto, la jefa de fracción no se ha enterado de lo dividido que está el PAC. Olvida, además, quién nombró al presidente legislativo. Lo hizo el PLN, de la mano de don Antonio Álvarez Desanti, quien describe a don Gonzalo como su mano derecha. Por casualidad, don Gonzalo ahora conforma las comisiones como mejor conviene al PLN, incluyendo la de Hacendarios, que los liberacionistas presiden con votos del partido de gobierno.
El PLN le devolvió el favor al PAC en las comisiones de Asuntos Económicos y en la de Agropecuarios, pero preside, con votos gobiernistas, las de asuntos Sociales, Jurídicos y de Gobierno. Todo es producto de la casualidad y de los caprichos del presidente legislativo, nombrado pese a múltiples cuestionamientos. Si, por lo demás, don Gonzalo se opone a la agenda social y de derechos humanos, no es culpa del PLN cuyo único pecado es haberlo apoyado para la presidencia del Directorio, sin tener idea de sus futuros caprichos en la conformación de comisiones.
Si don Gonzalo aplica un criterio a los socialcristianos y otro a los gobiernistas, doña Karla lo estima necesario para mantener “un equilibrio democrático inspirado a partir de las propias fracciones legislativas”, en un caso haciendo su voluntad y en otro, no, según convenga al PLN y sus aliados.
Sin embargo, el candidato presidencial liberacionista confirma que el nombramiento del socialcristiano Jorge Rodríguez en la Comisión de Hacendarios se pactó a cambio de su voto para Gonzalo Ramírez. No tuvo nada que ver con la división interna del PUSC ni con el resguardo del supuesto “equilibrio democrático”. ¿Quién falta a la verdad: la diputada o el candidato?
No obstante, doña Karla se muestra comprensiva: “Entendemos que el periódico La Nación, cuyo grupo empresarial tiene intereses válidos, pretenda presionar que esta tesis se mantenga...”. Se refiere a la tesis de incrementar los ingresos del Estado sin dejar de atender el gasto. Acto seguido, insiste en que el PLN defiende la misma tesis. ¿Será la coincidencia producto del sentir de los grupos empresariales a que pertenecen el candidato y los principales dirigentes de su partido?
Adentrándose en el folclore, doña Karla dice entender que “algunos sectores empresariales” no estén de acuerdo con una reforma fiscal “progresiva, transparente y equilibrada”. La diputada no debe abstenerse de identificar a esos sectores. La Nación apoyó con ahínco el Plan de Solidaridad Tributaria de doña Laura Chinchilla, así como sus iniciativas de reforma al empleo público. No hará menos frente a los errores de sectores empresariales incapaces de saber lo que les conviene, estén donde estén, incluso en el PLN.
En las redes sociales, los troles y robots del PLN están a la ofensiva, difundiendo “verdades” como las de doña Karla. La campaña va a ser larga, y sin importar los ataques redoblaremos esfuerzos por decir la verdad hasta donde logremos precisarla.
En especial, prestaremos atención a los planes de reforma del gasto público, para tener certeza de que no sean cosméticos y de que el PLN realmente diga la verdad en materia tan importante, sea por boca de su jefa de fracción o de su candidato.
Armando González es director de La Nación.